VESTIDA DE OTOÑO

Buenos días luz de mi existencia residiendo en la oscuridad del dolor más profundo que puede sentir una mujer.
Sigo respetando el aislamiento sanitario obligatorio,
Llevamos ochenta días de encierro.
Se pierde la noción del tiempo y espacio.
Las autoridades contradicen el discurso propio.
Pese al tiempo transcurrido hay mucho de improvisación.
Más allá de comparaciones odiosas, pareciera no tienen un plan B.
Es cierto es la primera pandemia que los sorprende.
Sin embargo antes hubo otras que también fueron resolviendo.
Este virus pareciera ser más letal.
Si otros países salieron en menos tiempo por qué nosotros necesitamos cumplir cien días para saber que decisiones tomar.
Con algunas premisas acuerdo, a otras las detesto.
No deberían alegrarse porque países vecinos han tenido más víctimas.
No hablen.
El silencio es saludable.
Compararse con países del primer mundo es una ridiculez.
No somos del primer mundo.
Decir que un país vecino nos pasó en cantidad de contagiados es una actitud miserable.
En el medio de esta locura impensada hay seres terrenales que mueren a causa de la enfermad.
¿Podrían por un instante intentar colocarse en la piel de los médicos de terapia intensiva que piden Dios los ilumine a la hora de salvar vidas?
Presumo que detrás de un escritorio todo es más fácil.
En ciertas conferencias de prensa no se respeta la investidura presidencial
Deberían ser cuidadosos con las palabras.
Se nota la inexperiencia de quien levanta el puño derecho para pasar facturas sobre el pasado y hablar sin decir nada.
Dejen de lado el pensamiento del pensador francés Voltaire, pasó demasiado tiempo.
El mundo ha cambiado o en eso estamos quienes queremos que después del desastre aprendamos algo.
No corre más el “Piensa como yo o muere”.
No voy a precisar mi pensamiento sobre el filósofo francés.
¡Avancen!
¡Desarrollen el intelecto!
¿No han comprendido que el mundo está cambiado?
A nadie le interesan los revolucionarios de cartón.
Chiquito amado como no puedo salir, viajo con la imaginación.
No estoy confinada, salgo para aquello que resulta indispensable.
No hace falta más.
Las veredas están cubiertas de hojas ocres y rojizas.
En soledad pensé, sería un elegante vestido de otoño para elevarme hacia vos.
Las gaviotas revolotean por allí.
Han dado su consentimiento para que emprenda el viaje soñado.
Ese que no necesita pasaje de vuelta.
¿Creen soy contradictoria?
Les cuento, gracias a mi hijo aprendí a ser más solidaria.
Extender la mano para quien lo necesita.
¡Es verdad!
Me cuido.
No lo hago solo por mí sino porque no habito en el desierto.
No le temo a la muerte.
Es más estoy esperando que llegue.
Pareciera haberse olvidado de mí.
No quiero transformarme en una carga para mi familia chiquita.
Nadie debe explicarme cuando sobro en algún lugar.
Solo deseo estar a tu lado para darte un beso.
Las hojas de otoño serán mi vestido.
Como volando descendieron de la ramas de los árboles, en sentido inverso ascenderán.
No vestirán las ramas desnudas de ellos.
Tendrán,
la misión exquisita de llevarme a tu lado para siempre.
Vestida de otoño te abrazaré.
Juntos recordaremos las pocas temporadas que pasamos juntos.
¿Por qué nadie enseña a una mamá a vivir sin su hijo?
¿Por qué duele tanto el dolor?
Quisiera abrazarte para que no tengas frío.
Quisiera sumergirme en tu mirada para entablar una conversación, sin necesidad de utilizar las palabras.
Quisiera gritar al mundo mi amor incondicional.
Quisiera saber si recordás el rostro de tu mamá.
Nene lindo, ayudame a partir.
No se hace justo seguir en este espacio donde nada debo hacer.
Mi única misión es amarte de manera inconmensurable.
Pocos entienden que no doy más.
No es una queja.
Es una realidad atravesando el corazón.
Es la daga que ha convertido el alma en jirones
Solo deseo ser la que fui solo para vos,
Quiero sientas mi amor de mañana.
Quiero volver a sonreír con vos.
Nada tiene sentido sino te puedo ver.
El hastío profundiza el padecimiento.
Carece de sentido seguir en suelo terrenal.
Te amo como nunca antes pude hacerlo con nadie.
Te traje a la vida para que vivieras.
Nunca para despedirte muerto.
Te pido paciencia, mi deseo es volver a estar juntos para contarte de este amor enraizado en el alma.
Por favor, nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.

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