Sunday, June 28, 2020

HELADA ETERNIDAD



Tesoro no puedo iniciar este enlace como lo hago a diario, en un rato más se cumplirán cincuenta y ocho meses de ausencia.
No puedo sujetar mis lágrimas.
Ellas quieren rodar por mi rostro, las dejo.
A nadie hacemos mal.
¿Qué decir de todos estos años sin vos? Representan el peor castigo que se le puede otorgar a una mujer que ama a su hijo más que a nadie en el mundo.
Muchas veces al establecer estos contactos maravillosos que nos mantienen más unidos que nunca, tomo mis pausas para secar esas gotas de agua salada que no puedo evitar salgan del cuenco de mis ojos.
Con una de tus primas mantengo charlas muy profundas.
Sierre me pide te deje partir.
Lo mismo replica la médica que me atiende.
¿Cómo decirles, no pude cortar tus alas al emprender el último vuelo.
Impotente. Sosteniendo tu mano sabía que el desenlace se produciría de manera inminente.
Fue tu prima quien se dio cuenta estabas son vida.
¿Qué hacía yo?
Conservaba tu mano aún tibia entre las mías.
Nunca detecté tu corazón cansado había dejado de latir.
Cachetazo de la realidad cuando tomás conciencia que ese momento no se puede revertir.
¡Habías muerto!
¿Cómo asumirlo?
No es posible.
Puede ser que otros duelos se superen.
El de un hijo nunca.
Tal vez se asimile cuando esas madres estemos transitando el propio final.
La imagen que antecede a mis letras pertenece a un bosque nevado del sur de nuestro país.
Paisajes amados que hemos visitado, asidos de la mano.
Comentaba un periodista que en casi toda las Provincias de Río Negro y Neuquén ha caído más de un metro de nieve.
Delicia para quienes practican deportes en aquella.
Este año no ocurrirá dado que por el efecto de la pandemia no existe ni turismo interno ni externo.
Ingreso de recursos que perderá el país.
No quiero recordar la nueva extensión del aislamiento.
Como bien imaginás el corte de derechos constitucionales pone mal a cualquier ciudadano.
Si observás con detenimiento, llegarás a inferir que por ese bosque pasamos más de una vez.
El peso de la nieve logra quebrar las ranas de los árboles.
Sería fenomenal pudiéramos recrear esos paseos.
No es posible viviendo en planos diferentes.
¿Cómo es una vista panorámica del cielo?
¿Cómo transcurre el tiempo en la eternidad?
¿Se encuentra detenido o es dinámico?
¿Daría todo lo que tengo para estar con vos y de esa manera cristalizar la utopía de darte un beso.
No es justo, permanezcan guardados.
Deben estar con su dueño.
Si estuvieras aquí sufrirías la falta de libertad.
A la vez disfrutaríamos el estar juntos.
Como antes.
No es necesario estar en el mismo espacio de la casa para sabe que el otro está.
Giro a mi alrededor y no te encuentro.
Ello acentúa el sufrimiento.
Si estuvieras aquí te gustaría este refugio.
Si estuvieras aquí podría oír cada mañana tu voz.
Si estuvieras aquí podríamos conversar utilizando el don de la palabra o absteniéndonos de hacerlo.
No hay nada más hermoso que el encuentro de las miradas para conversar.
Si estuvieras aquí tal vez soportaríamos el aislamiento de manera diferente.
Un ser creativo como vos, a todo le encuentra su razón de ser.
Si estuvieras aquí no tendría el alma rota.
Si estuvieras aquí, la tibieza de tu abrazo aquietaría, la angustia.
Si estuvieras aquí todo sería paz y sosiego.
Como el destino decidió castigarme y no estás a mi lado no soporto el aislamiento.
Como no estás aquí por más que establezca una búsqueda alocada no te encontraré en ninguna parte.
Como no estás aquí deberé acostumbrarme al silencio y no escuchar ni tu risa ni tu voz.
Como no estás aquí no tengo con quien hablar.
Como no estás aquí solo puedo recordar el lenguaje de las miradas que nunca más podremos recrear.
Como no estás aquí deseo apurar el deterioro de mi alma, sin lograrlo.
Cierro los ojos fuertemente,
Induzco a mi mente a pensar que esta es otra de las pesadillas habituales.
Al abrirlos encuentro el color gris de la soledad.
Nadie puede traerme calma como lo hacías vos.
No es grato vivir acelerada.
Solo tendría razón de ser si ese sentir convocara de una vez por todas al desenlace que no llega.
A nadie le deseo sienta desamparo.
Menos soledad.
Llega un momento que arden los ojos de tanto llorar.
¿Mis lágrimas te traerán?
No.
Darse cuenta es volver al principio, detenerse y no poder avanzar.
De esta vida o como se llame no quiero más.
Con mi hijo fui plenamente feliz.
Pensábamos igual.
Por supuesto que teníamos diferencias y enojos pasajeros por ser impulsivos los dos.
Solo bastaba que pasara su mano por mi cabeza para darme cuenta que el amor más puro del mundo no había sufrido con discusiones banales.
Así, de esa manera simple aprendimos a ser amigos y cómplices más allá de la etiqueta de hijo y mamá.
Nunca encontraré otro amigo tan sincero como vos.
Alguien que podía avizorar el futuro por doloroso que fuera.
Eso motivó que dejaras marcado con bolígrafo azul, pasajes del libro que me habías regalado en diciembre.
Tu hermano de la vida lo encontró.
Estabas cayendo de la vida y buscaste tiempo que no te sobraba para dejarme mensajes para el después.
¿Por qué?
El orden natural que establece la vida dice que era yo quien debería haber partido.
Tenías demasiado para vivir.
¿Debo agradecer te han elegido por tu luminosidad?
No lo haré nunca, me robaron la mitad de mi ser.
¿Quién puede asegurarme mi hijo está bien?
¿Por qué pese a mis intentos nunca pude lograr mis propósitos?
¿Que se esconde detrás de la muerte temprana?
¿Por qué en todo este tiempo, nadie quiso o supo responder a mis interrogantes?
¿Existen otras vidas?
¿Por qué no puedo conocerlas?
No quiero para mi hijo una helada eternidad.
Conocí esa gelidez al darle el beso del adiós.
¿Saben ustedes cuando volveré a verlo?
¿Cuántas mentiras más elucubrarán?
¿Qué les impide mostrar esa otra realidad?
¿Es un montaje teatral después de la muerte no hay nada más?
Mi vida te extraño como a nadie en el mundo.
Nunca dejaré de pedirte, no olvides cuanto te quiere tu mamá.


https://www.youtube.com/watch?v=HxkpYUexGcQ

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