POLICROMÍA ONÍRICA

Buenos días tesoro de mi alma.
Tesoro escondido a la vista de los demás, no a la mirada del alma, aquella que sueña sumergirse en los tuyo otra vez a sabiendas que no ocurrirá.
Es triste la realidad de una madre que cuenta entre sus haberes la herencia menos pensada.
Esa que nunca imagino pues son los hijos quienes deben despedir a sus mayores.
Pese a la violación de esa lógica normal, he sufrido la peor de las tragedias, tener un hijo muerto.
A
Un ahora que el tiempo ha pasado de manera demasiado veloz, muchos de tus conocidos siguen preguntando por vos.
No cerré ninguna de tus redes sociales ni correos.
Acción que traería un reconocimiento del final que jamás aceptaré.
No tengo redes sociales pese a que por allí alguna tiene mi nombre.
No soy única, tengo una homónima en Alemania.
Quienes me conocen personalmente saben que no soy yo.
Esa señora tiene aspecto germánico, nada que ver con el mío.
Estoy tranquila ella escribe en su idioma original y en mi caso desconozco el idioma alemán.
Lentamente l invierno está llegando.
Los días son díscolos, hoy y mañana serán muy fríos, el lunes primaveral.
¿Qué le ha ocurrido al planeta tierra para tener un comportamiento tan desigual?
Los terrenales lo hemos herido.
Nadie conoce cuando se producirá su sanación
Pese a los golpes que le asestaos a diario, ella sige girando en el universo, a su alrededor, la luna y el sol, tratando de transmitir un mensaje de paz.
¿Nos llega?
Con más o menos demora a todos.
Es sabia.
Ha descubierto que algunos seres terrenos creen ser omnipotentes.
La desafían de manera cotidiana.
Por ahora no responda, cuando lo haga será de manera feroz.
La respuesta tendrá la misma magnitud del daño gratuito que recibe.
Mil veces ha tratado de persuadirnos, sin éxito.
¿Cuándo comprenderemos que la vida de cada uno de nosotros pareciera prestada?
Todos estamos de paso.
Todos tendremos el mismo final antes o después.
¿Eternidad para alguno de nosotros?
De ninguna manera.
Solo podrían tener ese carácter algunas obras de arte, siempre y cuando el hombre no convoque a Hefesto para que en instantes destruya todo.
O la casualidad o causalidad derribe una torre como la de Notre Dame.
¿No han concluido las investigaciones sobre ese siniestro que afectó uno de los paradigmas de París?
En algún momento se conocerá o no.
Me inclino por la segunda acepción.
Como todas las personas que cumplen el aislamiento sanitario obligatorio, tengo pesadillas.
No son agradables.
Es normal que ocurran luego de tanto tiempo de encierro.
En mis s policromías oníricas, comparten espacio seres vivos y muertos.
A vos te sueño como si fueras un niño de siete años.
Es en las ocasiones donde puedo ver tu rostro feliz.
Cuando intercambiamos palabras, es imposible visualizarte.
Solo es posible escuchar la intensidad de tu voz.
De madrugada que es la hora en que aparecen los sueños,, suceden, aquellos que califico de locos.
Soñaba me mirabas, con esos ojos hermosos como profundos que hace casi cinco años no puedo ver.
No eran ojos solitarios.
Parecían ser el centro de una corola de flores.
Se repetían sin cesar.
Flores de distinto tamañazo tenían como centro tus ojos.
Estuve un buen rato tratando de interpretar el mensaje que deseabas transmitir.
¿Se acercó tu mirada para avisarme la fecha de mi partida?
¿Deseabas verme respirando antes del fin?
Como sea quiero decirte que disfruté de esa especie de flores con el centro conteniendo tus ojos.
Es cierto.
Todo aquello que produce confort es efímero.
Desperté más rápido que otras veces por los latidos potentes de mi corazón.
Situación que produce precariedad al respirar.
Ejercicio que hace un tiempo extenso debería haber cesado.
¿Cuándo entenderán mis carceleros que no debo seguir cautiva?
¿Tanto cuesta comprender mi deseo de no ser parte de los seres terrenos?
¿Por qué ninguno me dice que me falto hacer para que estuvieras vivos compartiendo, días de amor incondicional?
¿Estos personajes han recibido alguna vez el amor de una madre?
¿Conocen mi necesidad de darte un beso?
¿Por qué no se me permite abrazarte?
Siendo hartazgo, angustia y agobio cada mañana que debo despertar.
La tierra no es mi lugar.
Espacio esquivo donde los valores han cambiado tanto que producen el más profundo rechazo.
No soy nadie para modificar conductas.
Estaría bueno fueran coherentes con el discurso.
Pudieran alguna vez mantener el valor de la palabra que la mayoría de las veces no tienen nada que ver con el pensamiento.
Tengo mil motivos para salir corriendo de la tierra.
El principal volver a sumergirme en la mirada de mi hijo.
Lo traje al mundo para que viviera.
No para los que viven, como parásitos se lo llevaran de un manotazo quien sabe a que espacio desconocido.
Tánatos y Muerte son cómplices.
A ellos me refuerzo pues no les temo.
¿Los respeto?
No tengo certidumbre sobre ello.
Prefiero no responder.
Quienes me conocen deben tener la respuesta.
Tal vez también la posea quien escribe.
No podría aseverarlo.
De algo no tengo dudas,
Quiero estar con mi hijo en ese enclave que nadie sabe describir.
Ninguno de los que allí se supone están ha regresado para darnos detalles sobre esa morada.
¿Qué sucedería si no estuvieran allí?
¿Aparecería el espanto que se imagina pero se calla?
¿Para qué sirve silenciar la realidad?
¿Qué beneficio se consigue con ello?
¿Han creído que todos los que quedamos. en el inframundo llorando a nuestros seres amados somos incautos?
¿Nunca pensaron que el que ustedes menoscaban diciendo que no entiende nada conoce tanto a Tánatos y su cómplice Muerte que puede develar quienes son?
¿Por qué se ocultan detrás de los sepulcros?
Mil veces elijo la policromía onírica que me sorprende cada noche.
Es cierto no puedo abrazar a mi hijo.
Es inteligente y perceptivo.
Sabe que entre los dos ninguno de los muros que intenten erigir será tan sólido como para no derribarlo con la energía del amor maternal.
Seguiré esperando mi momento.
Llegará.
Tesoro te mi vida, te amo, por ello te pido nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.

https://www.youtube.com/watch?v=efrU9HhF7Zc