Buenos días alma mía.
Te saludo en una mañana diáfana.
Helios es el invitado principal.
No es normal la temperatura que estaos atravesando, demasiado alta para el invierno.
Buen clima para caminar por la costa bonaerense.
La costanera bonaerense esta con la mayoría de sus negocios cerrados desde el inicio de la pandemia.
Algunos turistas aprovecharon el fin de semana largo para acercarse al mar.
Penosa, la mala administración se haya llevado consigo los típicos barcitos de la costanera donde todos tomaban el clásico vermut con guarniciones.
La mayoría productos de mar.
El paisaje de hoy está representado por la soledad.
Olvidada en una de las columnas descansa un ancla.
Su color oscuro denota el tiempo pasado bajo el agua sosteniendo un buque anclado en el puerto o bien en medio del mar para quienes se dedican a la pesca comercial.
Destino oscuro, en las profundidades del mar.
Tal vez peces exóticos paseen en derredor de ese elemento que sostiene las embarcaciones en el fondo del océano.
Vistas para quienes bucean y para los náufragos a punto de ser rescatados.
Mientras tanto los peces de colores están ajenos al mundo de los hombres.
Inteligentes protegen su hábitat de manos ajenas pretendiendo llevarse las riquezas del mar.
Nadie hace caso a las normas impuestas.
Buques de todos los países, sin respetar ninguna ley, saqueando el Mar Argentino.
El futuro de quienes nos siguen en el camino.
¿Cuántos paisajes submarinos habrá, presenciado ese ancla apoyado en la piedra?
¿Cuántas personas habrá, visto salvarse o salir indemne de territorio de Poseidón?
¿Será difícil la vida en alta mar?
¿Qué se sentirá, al arrojar envueltos en una sábana los cuerpos yertos de quienes murieron en alta mar?
Jamás se me ocurriría viajar en un crucero.
No son de mi agrado los amontonamientos de personas.
Ni siquiera con un gripo de amigos.
No heredados.
Esos demostraron alejados de cualquier virtud su esencia.
¿Preguntaron si la deseaba ver?
No.
Alguna neurona atravesada en sus cabecitas les hiso creer lo contrario.
Con la misma impunidad que la agresión los envalentonó, se les acabó el amor por vos para desaparecer de algún sitio de internet.
No me extraña.
Son reacciones típicas de quienes sufren un problema de orden psicológico e intentan transferirlo con violencia a un tercero.
En este caso los supuestos sabiondos de leyes me seleccionaron como objetivo.
No lograron inmutarme, así hubiesen llamado a un ejército judicial.
Soy respetuosa de todas.
No de quienes manipulan sin saber de qué se trata.
Hay que leer mucho si pretenden alcanzarme.
Muchas veces quienes poseen títulos habilitantes, no saben hablar.
Una bajeza auto eliminarse, de la lista de amigos de una persona fallecida.
Una muestra de coherencia por única vez.
Nunca, jamás fue amigo.
Es así de simple.
Solo sonrisas por interés.
Volviendo al tema del mar que tanto te atraía, no podía ser de otra manera, has sido en suelo terreno un ser transparente.
Has sabido elegir.
Ser el primero que notaba cuando las máscaras comenzaban a caerse.
Preferías callar a descender para estar a la altura de quien traicionó.
Un ser de luz, hasta último momento pensaste en tu mamá.
En mi bienestar.
Lo he logrado con la intervención de D.
me hubiera gustado estuvieras aquí.
Preciso darte un beso.
Lograr con mi amor maternal, extirpar cada una de las agresiones verbales que recibiste.
Inmerecidas.
Nunca voy a olvidar las lágrimas nublando tu vista por las palabras desacertadas de quien está acostumbrado a traicionar.
¿Permiten accedas a la lectura en tu morada?
¿Qué actividades pueden realizar quienes no están en suelo terrenal?
Perturba tu soledad,
No estás acostumbrado a ella.
Siempre rodeado de personas, derramabas tu luz.
Quiero dejarte un poema del escritor chileno Pablo Neruda:
“Poema 18
Aquí, te amo.
En los oscuros pinos se desenreda el viento.
Fosforece la luna sobre las aguas errantes.
Andan días iguales persiguiéndose.
Se desciñe la niebla en danzantes figuras.
Una gaviota de plata se descuelga del ocaso.
A veces una vela. Altas, altas estrellas.
O la cruz negra de un barco.
Solo.
A veces amanezco, y hasta mi alma está húmeda.
Suena, resuena el mar lejano.
Este es un puerto.
Aquí te amo.
Aquí te amo y en vano te oculta el horizonte.
Te estoy amando aún entre estas frías cosas.
A veces van mis besos en esos barcos graves,
que corren por el mar hacia donde no llegan.
Ya me veo olvidado como estas viejas anclas.
Son más tristes los muelles cuando atraca la tarde.
Se fatiga mi vida inútilmente hambrienta.
Amo lo que no tengo. Estás tú tan distante.
Mi hastío forcejea con los lentos crepúsculos.
Pero la noche llega y comienza a cantarme.
La luna hace girar su rodaje de sueño.
Me miran con tus ojos las estrellas más grandes.
Y como yo te amo, los pinos en el viento, quieren cantar tu nombre con sus hojas de alambre.”
Todo aquello que dejo en estos contactos maravillosos, forma parte de nuestra biblioteca.
Continua siendo nuestra, dado estás aquí, latiendo junto a mi corazón.
Mi deber es estar con vos.
No un instante sino, para siempre.
No te preocupes esperaré sin tomar atajos.
Deseo puedas reconocerme.
Tengo la certeza, comenzaremos una etapa nueva.
Juntos, sin preocupaciones terrenales.
Sueño con decirte cuanto te amo todas las veces que desee.
Nunca pedirte pedir permiso para darte un beso.
Retomar las charlas de los buenos amigos.
Poseo muchos sueños.
Te pido ayuda para cumplirlos.
Sos mi vida entera.
Hijo querido, amigo fiel, como todos los días he de pedirte no olvides cuanto te quiere mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=vlBqi7UNCqg
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