Buenos
días mi tesoro.
Esperando el
sol se lleve la humedad.
Quiero contare
un sueño, estaba en una zona boscosa de
un lugar tan solitario como desconocido. La cobertura de los peldaños de
una escalera infinitamente alta, deduje podría estar visitando a nuestro amigo querido.
Siempre que
intercambiamos audios te recuerda con
mucho cariño y respeto.
Con su
familia está a la espera se concrete su pase hacia Suiza o Francia.
Será cuando pase
la pandemia.
La escalera
en cuestión, está cubierta con pequeñas mayólicas.
Colocadas de
manera estratégica formaban dibujos exóticos.
Llegaban
hasta la copa de los árboles.
Más arroba
no se sabía si tenían continuidad.
Esas
construcciones las había observado con antelación en algún lugar de España.
No puedo
precisar cuál es.
En los
sueños los espacios se distorsionan, los sitios también.
Luego de la
mitad del ascenso, un pequeño cartel indicaba si te tomaba hacia la izquierda
llegaríamos a la época del Romancero español y de allí un pequeño sendero,
comunicaba con otra escalera que ascendía a los cielos.
Ese, era
el lugar que me importaba.
Roguéme
dieras suficiente energía para llegar y darte un beso.
Uno de los
tantos que tengo guardados para vos.
Enclave
donde un joven recitaba la poesía que recién, concluía de escribir.
El rosytp
amiñado me resultaba conocido-
Recuerden en
los sueños los años pueden mezclarse.
Asombrada oí
una parte de una poesía de Federico García Lorca:
Romance
sonámbulo
Verde que te
quiero verde.
Verde
viento. Verdes ramas.
El barco
sobre la mar
y el caballo
en la montaña.
Con la
sombra en la cintura
ella sueña
en su baranda,
verde carne,
pelo verde,
con ojos de
fría plata.
Verde que te
quiero verde.
Bajo la luna
gitana,
las cosas la
están mirando
y ella no
puede mirarlas.
Verde que te
quiero verde.
Grandes
estrellas de escarcha,
vienen con
el pez de sombra
que abre el
camino del alba.
La higuera
frota su viento
con la lija
de sus ramas,
y el monte,
gato garduño,
eriza sus
pitas agrias.
¿Pero quién
vendrá? ¿Y por dónde?
Ella sigue
en su baranda,
verde carne,
pelo verde,
soñando en
la mar amarga.
-Compadre,
quiero cambiar
mi caballo
por su casa,
mi montura
por su espejo,
mi cuchillo
por su manta.
Compadre,
vengo sangrando,
desde los
puertos de Cabra.
-Si yo
pudiera, mocito,
este trato
se cerraba.
Pero yo ya
no soy yo,
ni mi casa
es ya mi casa.
-Compadre,
quiero morir,
decentemente
en mi cama.
De acero, si
puede ser,
con las
sábanas de holanda.
¿No ves la
herida que tengo
desde el
pecho a la garganta?
-Trescientas
rosas morenas
lleva tu
pechera blanca.
Tu sangre
rezuma y huele
alrededor de
tu faja.
Pero yo ya
no soy yo,
ni mi casa
es ya mi casa.
-Dejadme
subir al menos
hasta las
altas barandas,
¡dejadme
subir!, dejadme
hasta las
verdes barandas.
Barandales
de la luna
por donde
retumba el agua.
Ya suben los
dos compadres
hacia las
altas barandas.
Dejando un
rastro de sangre.
Dejando un
rastro de lágrimas.
Temblaban en
los tejados
farolillos
de hojalata.
Mil panderos
de cristal
herían la
madrugada.
Verde que te
quiero verde,
verde
viento, verdes ramas.
Los dos
compadres subieron.
El largo
viento dejaba
en la boca
un raro gusto
de hiel, de
menta y de albahaca.
-¡Compadre!
¿Dónde está, dime?
¿Dónde está
tu niña amarga?
¡Cuántas
veces te esperó!
¡Cuántas
veces te esperara,
cara fresca,
negro pelo,
en esta
verde baranda!
Sobre el
rostro del aljibe
se mecía la
gitana.
Verde carne,
pelo verde,
con ojos de
fría plata.
Un carámbano
de luna
la sostiene
sobre el agua.
La noche se
puso íntima
como una
pequeña plaza.
Guardias
civiles borrachos
en la puerta
golpeaban.
Verde que te
quiero verde,
verde
viento, verdes ramas.
El barco
sobre la mar.
Y el caballo
en la montaña.
Pero yo ya
no soy yo,
ni mi casa
es ya mi casa
dejadme
subir al menos
hasta las
altas barandas.
Compadre,
quiero morir,
decentemente
en mi cama.
De acero, si
puede ser,
con las
sábanas de holanda.
Compadre
donde está dime,
donde está
esa niña amarga
cuantas
veces la esperé
cuantas
veces la esperaba.”
Autor:
Federico García Lorca”
Semejantes
letras ayudaron a que apurara el paso para llegar a tu cielo.
No estaba
para nada cansada.
Recordaba el poema de un grande ubicado en los años del
Romancero Español.
Ahora
comprendía el motivo de las mayólicas del inicio de la escalera.
Atractivas
para seguir hasta el final
Mi anhelo
era cumplir el derrotero.
Conocía no
era una tarea fácil.
Los
desafíos, jamás lo son.
Querer
arribar a tu hábitat para abrazarte, como antes.
Solo pensar
en nosotros dos.
Intentar
recuperar algo de estos casi seis años.
Escuchar
nuevamente tu risa o sumergirme en la profundidad de tu mirada.
Extasiada
bucear en tu alma.
Retomar el
camino del amor entre madre e hijo.
Nunca
debimos permitir se interrumpiera.
¿Cómo hacerlo si no sabíamos de la injerencia de la
muerte?
Estar juntos
es nuestra prioridad.
Seguí el
ascenso con las ilusiones intactas.
Abruptamente,
los peldaños de la escalera se interrumió.,
Había
llegado alto.
No alcanzaba
para fundirnos en un abrazo.
Mi cuerpo
estaba rodeado de estrellas.
Mi corazón
se había trasformado en una rosa con espinas quejumbrosas.
Lloré con
amargura, semejante frustración.
No la
esperaba.
Mantuve la esperanza que en esta ocasión el encuentro
no fuera esquivo.
La alarma
del teléfono me sacó de ese sueño tan aciago.
Miré en
derredor.
Nada había
cambiado.
Mi refugio
estaba más silencioso que otras veces.
¿Por qué?
¿Jamás
existirá
el
reencuentro?
¿Por qué la
vida?
¿Por qué la
ausencia?
Necesito
ayuda para llegar a vos.
No es fácil
continuar en este estado de incertidumbre.
Quiero verte
para contarte de mi gran amor hacia vos.
Decirte
sos el mejor hijo y amigo.
Nunca te
borraste de los espacios de otros, menos cuando no te asistóa la razón.
¿Esos te
quisieron?
Si mi cielo,
solo por interés.
No sufras
ante evidencias tan nítidas.
Quieb
traiciona una vez, no tiene palabra y menos sabe honrar un sentimiento.
Alguien será
el encargado de juzgar la fiereza sin razón.
Esa actitud
intentando amendrentar a quien lo puede dar vuelta.
Querido
intentemos sepultar el daño gratuíto.
Con los
débiles se ensaña el agresor monoeuronal.
Tesoro
sabemos nuestro amor es inconmensurable, te llevo siempre atado a un corazón.
¿Por qué
nadie me enseñó a vivir sin vos?
No es
posible.
Nunca pensé
los designios del destino tenían preparada tanta soledad para mí.
Te amo hijo
querido, por ello no me cansaré de pedirte, nunca olvides cuanto te quiere
mamá.
https://www.youtube.co
m/watch?v=Xg2KzMP3mEI
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