Tuesday, August 10, 2021

SOLITARIA



Buenos días cielo de mi vida.

Te saludo en una mañana gélida y solitaria.

Helios intenta con sus dorados rayos dar luz y tibieza.

Ello sucederá en el  momento del ansiado reencuentro entre nosotros.

¿Cuándo se producirá?

No ha cambiado el anhelo de darte un beso.

Mas de dos mil días sin hacerlo, desprende las hilachas de mi alma..

La imagen  que antecede  las letras, iniciando este enlace cotidiano aparecieron, en una historia televisiva que presenta casos de niños en situación de abandono.

La casa que los aloja, tiene la edad del tiempo.

El edificio que da cobijo al cuidado, no así al amor que da una familia conformada, es triste semiderruído.

Las ventanas carecen de persianas,

Situación que muestra la oscuridad del interior del enclave.

No se escuchan risas de los chicos.

Tampoco pude avizorar un juguete.

Ninguna voz les dice cuanto los quiere.

De la realidad los separan viejas rejas de hierro.

El contacto con el exterior es observar aquello que pudiera pasar en la calle.

Solo se ve alguna vez la presencia de un mayor compasivo, acercando algo de alimentos.

Las niñas solitarias, poseen como único entretenimiento, tomarse de las rejas  con el propósito de observar vidas que solo el designio del destino dirá si en algún momento recibirán una caricia.

¿Dónde están los Derechos del Niño?

¿Quién permitió, semejante postal del abandono?

Solo alguna vez puede escucharse una  breve risa de  sus pequeños moradores?

Jamás el festejo de una travesura propia de los chicos.

La niña de la foto parece una postal que nadie desea mirar.

No se trata de una muñeca.

Es una nena como cualquiera de las otras   que vemos a diario.

Duelen esa miradas vacía de contenido.

¿Quién habilitó ese espacio  deleznable?

¿No tiene la mínima posibilidad de establecer intercambios con criaturas de su edad.

Muchos  funcionarios, rasgan sus vestiduras en los discursos expresando su derrotero es la salud y el bienestar de los más chicos.

Solo en palabras huecas.

La realidad es la imagen de la nena solitaria.

¿Así fomentan el amor, sin brindarles cuidados?

¿Quién se ocupa de cuidarlos cuando están enfermos?

Para un crecimiento saludable, precisan de na llamada de atención cuando no se portan bien.

¿Quién les cuenta historias antes de dormir?

¿Quién aleja los miedos?

Con la palabra también  se expresan  demasiadas mentiras.

La prueba es esa nena tomada de las rejas, sintiendo pasar el tiempo.

¿Alguien tiene la respuesta de los niños sin sonrisa?

Sí, el poeta Rubén Darío:

 

 

“LA PRINCESITA ESTABA TRISTE

 

 

 

 

 

 

La princesa está triste… ¿Qué tendrá la princesa?

 

Los suspiros se escapan de su boca de fresa,

 

que ha perdido la risa, que ha perdido el color.

 

La princesa está pálida en su silla de oro,

 

está mudo el teclado de su clave sonoro;

 

y en un vaso olvidada se desmaya una flor.

 

El jardín puebla el triunfo de los pavos reales.

 

Parlanchina, la dueña dice cosas banales,

 

y, vestido de rojo, piruetea el bufón.

 

La princesa no ríe, la princesa no siente;

 

a princesa persigue por el cielo de Oriente

 

la libélula vaga de una vaga ilusión.

 

¿Piensa acaso en el príncipe de Golconda o de China,

 

o en el que ha detenido su carroza argentina

 

para ver de sus ojos la dulzura de luz?

 

¿O en el rey de las Islas de las Rosas fragantes,

 

o en el que es soberano de los claros diamantes,

 

o en el dueño orgulloso de las perlas de Ormuz?

 

Continúa con el poema de Rubén Darío…

¡Ay! La pobre princesa de la boca de rosa

 

quiere ser golondrina, quiere ser mariposa,

 

tener alas ligeras, bajo el cielo volar,

 

ir al sol por la escala luminosa de un rayo,

 

saludar a los lirios con los versos de mayo,

 

o perderse en el viento sobre el trueno del mar.

 

Ya no quiere el palacio, ni la rueca de plata,

 

ni el halcón encantado, ni el bufón escarlata,

 

ni los cisnes unánimes en el lago de azur.

 

Y están tristes las flores por la flor de la corte;

 

los jazmines de Oriente, los nelumbos del Norte,

 

de Occidente las dalias y las rosas del Sur.

 

¡Pobrecita princesa de los ojos azules!

 

Está presa en sus oros, está presa en sus tules,

 

en la jaula de mármol del palacio real,

 

el palacio soberbio que vigilan los guardas,

 

que custodian cien negros con sus cien alabardas,

 

un lebrel que no duerme y un dragón colosal.

 

¡Oh quién fuera hipsipila que dejó la crisálida!

 

(La princesa está triste. La princesa está pálida)

 

¡Oh visión adorada de oro, rosa y marfil!

 

¡Quién volara a la tierra donde un príncipe existe

 

(La princesa está pálida. La princesa está triste)

 

más brillante que el alba, más hermoso que abril!

 

-¡Calla, calla, princesa -dice el hada madrina-,

 

en caballo con alas, hacia acá se encamina,

 

en el cinto la espada y en la mano el azor,

 

el feliz caballero que te adora sin verte,

 

y que llega de lejos, vencedor de la Muerte,

 

a encenderte los labios con su beso de amor!

 

(Rubén Darío)”

 

No te tengo físicamente, aún así agradezco tu paso breve por la vida haya  estado rodeado, del amor que merecen los niños.

Esa vista ha sido cual una daga en el corazón herido por tu ausencia.

Te amo hijo querido.

Necesito estar a tu lado eternamente.

Los días que se avecinan no son fáciles.

En pocos días se cumplirán seis años de tu dolorosa partida.

Te extraño, por ello siempre he de pedirte nunca olvides cuanto te quiere mamá.

 

 

https://www.youtube.com/watch?v=2BQZHO8Sl-8

 

 



 

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