Tesoro en un día radiante te saludo con todo mi amor.
Caminar por la primera calle paralela al río, produce placer.
La sombra de los árboles nos protege de los dorados rayos de Helios.
Suelo desplazarme por allí cuando Febo, comienza la maravilla de su descanso.
A esa hora los pájaros regresan a sus nidos.
Previamente quedan apoyados en las ramas de los árboles con sus hojitas nuevas.
Las melodías armoniosas que entonan aquellos, configuran una caricia para el alma.
Para que no sienta el peso de la desnudez también se posan en el ejemplar que comenzó a secarse.
Recuerdo cuando paseabas en bicicleta viviendo en la vieja casa de esta localidad.
Hoy ni siquiera paso por ahí.
Las remembranzas, duelen en las profundidades del corazón.
Soñaría con recorrer a tu lado esa calle para que unidos escucháramos el trino de las aves de brilloso y colorido plumaje.
Pese a mis intentos no puedo regresar en el tiempo.
La más extraña de las entelequias sería pensar que estos más de cinco años han sido un sueño del que despertarás.
Pese a mi ansiedad ello no ocurrirá.
Nunca, jamás comprenderé por qué te obligaron a viajar en soledad.
En ese último viaje también debía acompañarte.
A cualquier hora del día formulo todos mis interrogantes con el objetivo de dilucidar enigmas.
Nadie ha respondido a mis requerimientos que no son pocos.
Quisiera parecerme a los pájaros costeros, solicitar su ayuda para intentar, como ellos hacen con el árbol seco regresarlo a la vida.
¿Por qué no puedo hacer aquello que más deseo?
¿Alguna vez me dirán por qué cargo con este martirio?
No lo crea.
Son avanzados entre penumbras, nunca se muestran a quien desea conocerlos.
¿Necesitaban vida joven y por ello optaron por mi hijo?
¿Quién les otorga esos dones?
¿Nunca ejecutaron acciones virtuosas?
¿En qué lugares viven?
¿Son las sombras que raras veces aparecen llevándonos, a inquerir, de donde salieron?
¿No siente vergüenza por no responder jamás?
¿Poseen rasgos humanos?
Sabiduría no, de lo contrario no hubiesen optado por tareas indignas.
No crean los subestimo, solo quiero saber un poco más de quien o quienes le arrebataron la vida a mi hijo.
Tesoro abrigo muchos sueños.
El primero lo conocés, esta a tu lado para poder darte un beso.
Ir por los designios del destino tomados de la mano como antes.
Disfrutar de las pequeñas cosas que a veces da la vida.
Descubrir nuevos sitios o recrear los conocidos.
Escuchar tu risa contagiosa llamando a la mía.
Mutuamente señalarnos los errores que pudiéramos cometer.
Aprender ambos del otro.
Hace mucho que en mi rostro no aparece la mueca de una sonrisa
Extraño tus enojos huracanados.
Duraban tanto como dos suspiros, uno tuyo otro mío.
Esos momentos eran sinónimo de cariño.
¿Por qué me siento tan sola?
Así esté rodeada por un ejército de terrenales, la soledad no me abandona.
¿Has visto las reacciones descolocadas de algunos seres terrenales?
No califican para humanos.
Las deudas morales se pagan en la tierra.
Intento hacer uso de tu otro axioma “No es grave, ma”
No puedo, detesto las injusticias por pequeñas que sean, aún cuando no deberían calificarse, cuando el daño está a la vista.
Suceden demasiados episodios inalcanzables para mi entendimiento.
De tener la potestad necesaria, inventaría un mundo para los dos.
Solo tendrían acceso, los que de verdad nos quieren.
En algún momento nos han brindado sus cuidados e invaluable compañía.
Para ellos nuestro reconocimiento.
En ese mundo ubicado en cualquier lugar del universo, lejos de esta tierra convulsionada, no tendríamos necesidad de pasar a nadie al terreno de la no existencia.
Expresión que provoca el enojo de tu abuela materna.
Te amo más allá de la vida.
Espero tener la libertad de los pájaros posados en los árboles para elegir volar a tu lado.
No aceptando ni cuestionamientos ni sugerencias.
He de pedirte como siempre, no olvides cuanto te quiere mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=BqUajwg-9xw
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