Thursday, November 05, 2020

FLORES EN EL PENSAMIENTO

Buenos días alma de mi vida. Gracias por aparecer fugazmente en mis sueños. Estabas hermoso. Un poco lejano. Tus palabras fueron breves pues te quedaste dormido en una cama desconocida para mí, igual que tu vestimenta. Camisa celeste y bermudas de color beige. En vida jamás hubieras elegido esos colores para vestirte. No estábamos en mi habitación. Había otras camas y muchos escollos como cadenas me impedían llegar a vos para concretar mi utopía de darte un beso. Ergo no me quedó más alternativa que mirarte desde mi cama, donde permanecí sentada hasta despertar. Tu descanso era profundo, tenías los pies cruzados uno sobre el otro. Las manos entrelazadas descansaban a la altura de tu cintura. Sentí un escalofrío. Paralizante. A medida que pasaban las horas, tu respiración se tornaba más lenta, hasta que desapareció todo movimiento. En un momento solo veía tu rostro tus manos demasiado pálidas. Tuve miedo. Busqué el aire del atardecer. Necesitaba respirar sin polución. Sentí culpa por dejarte solo mientras dormías. Rápidamente ingresé a mi habitación. El horror se hizo presente. Todo se había convertido en el salón de una funeraria. Tu cuerpo descansaba en un ataúd. Vestías las usuales mortajas de los muertos. No te hubiera gustado estar así. Busqué ropa en tu placard, una bermuda remera. Emcontré un casco con flores coloridas, en la esquela decía “Madre linda no estás soñando, estoy muerto. Quiero que uses siempre ese casquete en tu cabeza para que tengas siempre flores en tu pensamiento. Te quiero ma, no te olvudes” Designios del destino espantosos. Por segunda vez te acompañaba en la funeraria pasados más de cinco años. ¿Por qué me castigan con algo tan sagrado? ¿No les parece demasiado tenebroso ver a mi hijo muerto y acompañarlo por segunda vez antes que el calor me devuelva su esencia? ¿Las culpas de quien estoy pagando? ¿Era necesario revivir por segunda vez el momento más trágico de mi vida? ¿Por qué no fueron generosos y me dejaron partir en este segundo viaje? ¿No se dan cuenta que mi hijo extraña a su mamá? ¿Por qué tanto martirio? E han llevado hijo. Por segunda vez las cenizas de tu cuerpo emprenderán el vuelo más alto. Llegarán hasta el cielo. Por segunda vez el viaje ha sido sin mi compañía. Las flores de los pensamientos se han secado. Las puse en una caja de un antiguo sombrero cubiertas por papel celofán. Le pedí a tu prima que en el momento de mi incineración no olvide colocarlas junto a tu pasaporte. Para que no haya olvidos de los encargados de la funeraria he pedido a mi abogado lo certifique. No he perdido la razón mi querido. No me dejaron acompañarte, nadie podrá impedir que por segunda vez asciendas al universo acompañando a quien te quiere incondicionalmente. Admiro tu forma de enfrentar tanto la vida como la muerte. Poseer flores en los pensamientos inhabilita la aparición de aquellos que los llenan de sombras. Debo aprender nuevamente a sonreír para vos. Quiero que cuando se produzca el reencuentro encuentres a la ma, que conociste. Derramaré mis lágrimas cerca del desierto que conocimos. Estoy segura que ambos queremos que el cactus de tres brazos mantenga fresco su sombrero de pétalos rosados. Necesito volver a ser quien fui para vos que sos lo más importante que me pasó en la vida. Entiendo que no deseás más lágrimas. El futuro compartido debe estar pletórico de sonrisas. ¿Cómo se demuestra a un hijo muerto que se lo ama más que nunca? Conozco el camino para llegar a tu alma. No me alcanza. Preciso estar con vos para siempre. Es raro. Hoy no espero a nadie. No realicé pedidos a la farmacia. El portero eléctrico suena con insistencia. ¿Quién será a media mañana? Atiendo. No reconozco la voz. Acida pronuncia su discurso de manera avasallante: “Soy Muerte. Vendré por tí sin avisarte. No hago excepciones. Dejé de escuchar a tu emisario. Un bello joven que pide por tu presencia. Te confieso él desea tengas una larga vida. Nada debe adelantarla. No necesito franquees el acceso a tu domicilio. Sé cual es. Nunca sabrás cuando llegaré. No puedo decirte su falta poco o demasiado. Tu hijo es un sol. No puedo decirte para quien trabajo. No lo sabrás nunca. Llegaré cuando sea tu turno. Tu hermoso heredero me pidió que tu partida sea sin sufrimientos. Así será. A los seres luminosos, ni siquiera yo que me calificaste de tenebrosa no les digo cuando pasaré por ellos. Sepan que no son eternos y mi trabajo no es detestable. Es uno más por el que recibo buena paga. No me convoques. A menos que tomes un atajo no es tu tiempo” ¿Permitirían les confiese algo? Estaba contenta. Quiero irme de suelo terrenal. No ha llegado mi momento. Hijito amado te pido paciencia. Volverá por mí. Es lo que más deseo. Te amo, nunca olvides cuanto te quiere tu mamá. https://www.youtube.com/watch?v=V0uspqu7yOM

No comments: