LA VIDA EN DOS RUEDAS

Hola sueño esperado. No encuentro el adjetivo adecuado capaz de expresar la intensidad de mi cariño, indescriptible como difícil de cuantificar. En el transcurso de la vida terrena conocemos muchos amores. Ninguno que se pueda comparar con el que inspira un hijo ¡Te quiero tanto! Temprano tocaron el portero eléctrico, al preguntar quién era solo escuché decir “Salí”. Perpleja lo hice por la puerta del pasillo, no abriría la del comedor. Apoyada sobre una de las paredes del frente, no totalmente sino la mitad, encontré una bicicleta de color blanco adornada con rosas rojas, Ingresé a mi refugio, no estaba destinada, a mí sino para Ariadna, una joven que vive frente a mi refugio. Estaría cerca de la ventana, llevando el regalo de su novio quien la envió a su domicilio. Junto a él forman una de las parejas más armoniosas que conozco. En instantes suena el teléfono de casa, la joven pedía disculpas por el error. En la florería donde la ornamentaron anotaron mal la dirección. Le padí, no se preocuparan no se trataba de nada grave. Me contó iban a contraer matrimonio el pasado mes de abril. La pandemia lo impidió. Ahora que los registros civiles volvieron a funcionar pueden hacerlo. Sin de las pocas personas que conozco que han respetado el aislamiento impuesto por el gobierno. Cuando corte la comunicación, inmediatamente los recuerdos aparecieron. Tu primera bicicleta de color verde te hacia llevar la vida en dos ruedas por tu pequeño mundo. Más tarde la utilizarías para realizar deportes. Siempre quisiste convencerme comprara una para acompañarte, fue lo único en que no te pude satisfacer. Ni de niña fui tentada oir vivir sobre dos ruedas. A vos te producía no solo alegría sino libertad. Añoro esos tiempos que no volverán. Ver tu mirada chispeante cuando sacabas tu bici verde, provocaba placer. Nuestra vecina la utiliza para dirigirse a su trabajo. Desde que están las bicisendas, los automovilistas no creen ser dueños de la calle. Solo algunos cuyos pensamientos quedaron anclados en décadas pasadas se comportan de manera inexplicable. El tiempo los hará cambiar. ¿Por qué el mundo está tan intolerante? El mundo no, ciertas personas que habitan suelo terrenal. Trato de observar la realidad y en ella encuentro episodios que no me gustan, Habrás notado que estoy bastante tranquila. Solo me molesta la falta de justicia. En este país se manipula según la conveniencia del manipulador. No debería permitirse que estos episodios graves que perjudican la división de poderes, ocurrieran con total liviandad, mirando hacia otro lado. ¿Te has acostumbrado a tu hábitat? ¿Podrías describirlo? ¿El abatimiento suele visitarte? ¿Qué impide aparezcas en mis sueños? ¿Sabías de mi necesidad de darte un beso? Lo repito a diario. El sentir es de siempre. No es normal que una madre esté alejada de su hijo tantos meses. Días pasados, cuando tu hermano vino a cambiarme los cartuchos de la impresora me preguntó, entre otras cosas en que creía. Le contesté en nada aclarando que no me siento atea. Oxímoron. Es tanto aquello que transitamos juntos que a veces por no expresar siempre, trato de replantear esto que se asemeja, a una vida. No encuentro modos ni forma. Infinidad de veces he preguntado dónde están los muertos, nadie responde. Tampoco se resuelven mis enigmas. No son raros. He preguntado si alguna vez nos reencontraremos, las palabas están ausentes. Las vacilaciones no son resueltas. Alguien sugirió que vivera a u sacerdote. ¿Para qué? ¿Acaso brillan por los ejemplos que dan a la sociedad? ¿Eligieron el camino equivocado? ¿Por qué no rectificaron el rumbo? ¿Convicción o conveniencia? Afortunadamente no he conocido muchos a lo largo de mi vida. Todos cometieron errores groseros. ¿Puedo confiar en esos seres para interrogarlos por tu ausencia? No pierdo el tiempo. He llegado a leer tratados de teología que los sacerdotes tienen en sus carreras. Un mundo de vaguedades donde nada llega a tener resolución. ¿Por qué me dicen que con el tiempo te olvidaré? ¿Qué saben para realizar afirmaciones tan delirantes? ¿Conocen el dolor de haber perdido a un hijo? ¿No resulta más saludable callar? Es cierto soy ansiosa. Tengo tiempo para pensar. No lo hago en mi solo en vos y buscar la manera de ayudar a los otros. ¿Por dónde empezar? Sin dudas por la continuidad de este cariño incondicional ¿Después? Ayudar al otro a redactar sus reclamos con el simple objetivo que no sean vulnerados sus derechos adquiridos. Te amo chiquito, más que siempre. No olvides cuanto te quiere mamá. https://www.youtube.com/watch?v=G0f7QhiuL0k