¿OLVIDASTE VIVIR?

Buenos días sol de mi existencia. En sueños o mejor expresado en estado de vigilia, he estado en un antiguo escritorio frente a un ventanal sin color en sus marcos. Tan triste como mi alma. Ante el supongo que aprovechando la luz de aquel. Había una lámpara de brazo flexible. El paisaje que se veía tras los cristales era insulso. Carecía de coloridas flores que inspiraran el intelecto para escribirte una carta aprovechando había un cuaderno y sobre éste una lapicera. Pese a la soledad del entorno edificio el clásico olor a humedad brillaba por su ausencia. Todo estaba extremadamente pulcro como si hubiesen limpiado antes de mi llegada onírica. Fragancia a flores inexistentes. Supe estabas allí. El perfume era el tuyo. Inconfundible. ¿Qué podría hacer con el cuaderno? ¿Pintar un dibujo? No, ambos conocemos mis limitaciones. Te escribiría una carta pensando sería la póstuma. “Querido hijo: Pese a que convoque a tu adorada risa, no sé donde estoy ni cómo llegué acá. Todo parece de muchos años, no así el cuaderno que descansa sobre la tapa del viejo escritorio. Quiero dejar constancia por escrito que sos u serás el amor más puro que siente una mamá por su hijo. No quiero llorar para no lastimarte, pese al intento no puedo detener las lágrimas ante la recreación de todos los momentos compartidos. Pese a tus ojos vivaces inspeccionando todo desde los primeros minutos de vida, tu mirada no era triste sino veladamente pensativa. Quizás, no lo sé, siendo tan pequeñito avizorabas un futuro incierto. Mirabas todo. Conservaste siempre la misma actitud. Recién nacido te aferrabas al dedo índice de mi mano derecha. Las tuyas eran chiquitas, tibias como el amor que había nacido antes de arribar al mundo de los terrenales. Rápido de reflejos e inteligencia aprendiste a leer solo o con mi escasa ayuda en los carteles de publicidad. Ingresaste al jardín sabiendo leer. Así como sin quererlo te convertiste en un oncordio para la maestra. Todo te resultaba fácil. Finalizabas las tareas primero. Hasta que la maestra logró fueras su secretario realizabas sociales con los chiquitos de tu sala. Pese a las risas tu mirada profunda e inquisidora poseía, no tristeza sino adelantamiento a los pensamientos. ¿Pensabas tu vida sería tan efímera como las de las mariposas? No puedo emitir ninguna queja, como la constelación del Lucero tenías luz propia. Te extraño. Te necesito. Mi realidad no tiene sentido con tu ausencia. Confío en las dos gaviotas que llevarán esta carta al cielo o como se llame tu mirada Seguramente podrán darte el beso que tanto deseo. Te pienso en cada instante de mi existencia. Quiero concluir con la misma. Tuve la oportunidad de irme en septiembre. ¿Para qué me dejaron en suelo terreno? No es el mío. Dejé de ser parte del mismo ante tu muerte que no aceptaré jamás. Todos conocen mis deseos. ¿Por qué nadie me ayuda a acelerar mi muerte? Entiendo se ha convertido en un tema recurrente, solo a vos y a tus hermanos de la vida se los cuento, Nada pueden hacer para cambiar este estado de ánimo. No tengas dudas que mi derrotero es estar a tu lado. ¡Basta de dilaciones! Mo tesoro me necesita. A él lo quiero ver desesperadamente. ¿Hasta cuando esta maniobra , distractiva? Nadie puede obligarme a permanecer en suelo terreno. ¿Qué leyes respetan las de la tierra o el infierno? Querido mío nada morigera el dolor de la madre por la muerte de su hijo. Te pido entiendas mi postura. No se trata de un capricho insatisfecho. Te necesito más que nunca. No quiero me quiebre el agobio. Deseo mi esencia sea la tuya. No olvides cuanto te quiere mamá”. https://www.youtube.com/watch?v=jOeZddzqCvQ