Buenos días hijo de mi vida.
Te saludo en una mañana soleada y fría.
Hoy mientras
regresaba a mi refugio luego de mis diarias caminatas, evocaba un paseo
realizado en vacaciones de invierno, a una de las provincias más lindas de nuestro país.
Realizamos todas las excursiones programadas en ese viaje.
Coincidimos en la más linda, el camino de los siete lagos.
Un sitio de belleza indiscutible.
Cada uno de los espejos de agua tiene tonos diferentes,
debido a la sedimentación del lecho de los mismos.
De todos, elegimos el lago Lácar de aguas azules como el mar
y el único que no se observa desde las alturas, de la precordillera.
Como teníamos tiempo, fuimos a caminar alrededor del lago.
Lindante con la ciudad donde comienza el lago encontramos,
un añoso árbol que continuaba perdiendo sus hojas de distintos matices de ocre.
Muy cercano al tronco, estaba ubicado un banco de plaza de
madera oscura.
La vista es la que antecede a este contacto.
Quise dejarla para que vos también la recuerdes con la
emoción que nos produjo en aquel momento soñado.
Se habían conjugado, agua naturaleza y el banco parte de la
vida terrena.
Quitamos, las hojas del banco para sentarnos y desde allí
tomar fotos.
Previamente habíamos capturado el perfil del árbol y el banco.
Posteriormente nos unimos al grupo para conocer el río Meliquina de aguas cristalinas, corriendo
sobre un fondo de piedras coloridas.
Paisajes únicos del sur de nuestro país.
La excursión continuó por otros espacios tan hermosos como
el de los lagos.
Recordar trae nostalgias del ayer compartido.
Por ello decidí no regresar a esos lugares compartidos con
vos.
En el interior de mi refugio no pude contener las lágrimas,
renovadas cada día de estos casi siete años de ausencia.
Con alegría recorrimos todo nuestro país y algunos lugares
del exterior.
Fuimos tan felices que hoy cuesta aceptar tu ausencia
inexplicable e injusta.
Crueles son los arbitrios del destino que impidiera, estuviéramos,
más tiempo juntos.
No discutiré más con él.
Mil veces prefiero emplear mi tiempo escribiéndote.
Para hoy elegí un poema de un eximio escritor francés
haciendo referencia al tema de hoy.
Lo dejo aquí para compartir con mi ser de luz.
“EL LAGO
Autor: Alphonse de Lamartine
Así siempre empujados hacia nuevas orillas,
en la noche sin fin que no tiene retorno,
¿no podremos jamás en el mar de los tiempos
echar ancla algún día?
Lago, apenas el año ya concluye su curso
y muy cerca del agua donde yo le di cita,
mira, vengo a sentarme solo sobre esta piedra
donde ayer se sentaba.
Tú bramabas así bajo estas mismas rocas,
te rompías con furia en su herido costado;
así el viento arrojaba tus oleajes de espuma
a sus pies adorados.
Una tarde, ¿te acuerdas?, en silencio bogaba
entre el agua y los cielos a lo lejos se oía
solamente, el rumor
de los remos golpeando
tu armonioso cristal.
De repente una música que ignoraba la tierra
despertó de la orilla encantada los ecos;
prestó oídos el agua y la voz tan amada
pronunció estas palabras:
«Tiempo, no vueles más. Que las horas propicias
interrumpan su curso.
¡Oh, dejadnos gozar de las breves delicias
de este día tan bello!
Todos los desdichados aquí abajo os imploran:
sed para ellos muy raudas.
Con los días quitadles el mal que les consume;
Olvidad, al feliz.
Mas en vano yo pido unos instantes más,
ya que el tiempo me huye.
A esta noche repito: Sé más lenta, y la aurora
ya disipa la noche.
¡Oh, sí, amémonos, pues, y gocemos del tiempo
fugitivo, de prisa!
Para el hombre no hay puerto, no hay orillas del tiempo,
fluye mientras pasamos.
Tiempo adusto, ¿es posible que estas horas divinas
en que amor nos ofrece sin medida la dicha
de nosotros se alejen con la misma presteza
que los días de llanto?
¿No podremos jamás conservar ni su huella?
¿Para siempre pasados? ¿Por completo perdidos?
Lo que el tiempo nos dio, lo que el tiempo ha borrado,
¿no lo va a devolver?”
Querido hijo, jamás pensé se podría amar y extrañar tanto al
ser que se acunó, durante nueve lunas y
sus soles, para luego despedirlo y no poder verlo nunca más.
No creo mucho en la teoría del reencuentro, si bien desearía
pensar diferente para mantenerme de pie.
¿Cuándo aparecerás en mis sueños, necesito darte un beso?
Estrecharte en un abrazo es una de las ilusiones que
mantengo.
Acariciarte otro sueño que ignoro si será concretado alguna
vez.
Te amo y extraño, con idéntica intensidad.
¿Por qué la muerte te arrancó de mi lado?
Jamás llegaré a comprender esos actos perversos.
“Los hijos no deben morir”
Hijo de mi vida, mientras respire he de reiterar mi
solicitud cotidiana, por favor querido hijo, nunca olvides cuanto te quiere,
Mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=9TurK7zyxVE
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