Buenos días hijo querido.
Te saludo en una mañana desapacible, con excesiva humedad y
neblina.
Recordé nuestros paseos por las playas de Brasil.
Estábamos en
Fortaleza, al norte del vecino país.
Las palmeras se balanceaban con la brisa cálida.
Situación que provocaba nos quedáramos hasta el anochecer.
En un espacio donde se practicaban deportes submarinos.
Fuiste el primero en hablar con el instructor, quien te
explicó se sumergirían durante diez minutos por ser la primera vez.
En la reposera te esperaba,
deseando salieras a la superficie, dado mi terror a las profundidades.
No obstante traté sin éxito de mantener calma.
Los minutos se hicieron eternos.
Al salir a la superficie tuve el alma en paz.
Mientras la tarde se despedía, dejando sus clásicos colores
en el firmamento, la luna tropical parecía una esfera cercana, rodeada de
estrellas.
Quien te guiara en la sumersión, te pidió esperaras un
momento que te entregaría una foto para que recordaras ese día especial.
Entre todas las que tengo, la encontré, decidiendo fuera la
imagen que antecediera a esta conexión.
En la misma se
observan medusas, corales y pececitos multicolores.
Mientras gozabas debajo del agua mi regocijo era la luna
tropical.
Siempre en los espacios abiertos las estrellas parecieran multiplicarse,
dando una gala excepcional.
Esa noche decidimos nos trajeran la cena a la playa, para
seguir disfrutando de la naturaleza.
Afortunadamente en tu breve estadía en la tierra,
disfrutaste de los paisajes más bellos que tuvimos la gracia de conocer la
naturaleza en todo su esplendor.
El mar era parte de tu ser.
Genético no es, ya que tengo terror al agua.
Vistas memorables que espero se repitan en la estrella donde
se halla tu hábitat y estoy deseosa de conocer, y así estar juntos por toda la
eternidad.
Es agradable pensar que en el cielo se encuentran los
paisajes de “La divina comedia”
Te pido me ayudes en el ascenso para poder darte un beso,
Uno de los tantos que tengo guardados para vos.
¡No dejes se marchiten!
¿Por qué es tan difícil llegar a vos?
¿Por qué el castigo de no tenerte cerca de mí?
Para hoy elegí leras de un grande, quien hace referencia a
la naturaleza.
Deseo compartirlas con vos.
“PAISAJES EN NUESTRO CIELO
Autor: Evaristo Ribera Chevremont
En sus ágiles pencas brilladoras
y como en sed de milenarios mitos;
y, junto a tales palmas, trepadoras.
El punto cenital abierto al bloque
de la emoción negada a lo pequeño;
movibles masas en perenne choque;
y, sobre todo, ml porción de sueño.
El denso azul en denso gris se torna.
¿Qué se ha hecho la cálida alegría
de hace un minuto? ¿qué dolor retorna
para la luz en el cambiante día?
cede a las subitáneas reflexiones
de nuestra tropical naturaleza
mi espíritu. Las vastas frondazones
se aúpan en flor visible en su tristeza.
Hay una misteriosa semejanza
entre la tierra nuestra y nuestro cielo.
Ambos tienen idéntica pujanza.
Ambos son fuerzas en nervioso celo.
La tierra en vegetales se desborda.
El cielo se desborda en nubarrones.
Tal me parece que la tierra aborda
al cielo en sus tremendas expansiones.”
Tesoro hace demasiado tiempo no te veo en mis sueños.
¿Cuándo vendrás?
Es muy difícil continuar viviendo sin tu presencia.
A medida que transcurren los días te necesito más.
Detesto seguir en suelo terrenal, no es éste mi espacio
sabiendo estás solo.
Quizás hayas tenido la fortuna de encontrarte con los que
llegaron a ese sitio antes y después que
vos.
También los extraño a ellos , de una manera diferente.
La pérdida de un hijo carece de explicación.
Lamento no haber sido tu guía en el viaje final.
Tenías un futuro brillante debido a tus valores y aptitudes.
Jamás comprenderé tu partida tan injusta.
En suelo terreno, tenías mucho por hacer.
Te amo y extraño de manera imposible de describir.
Nunca más pude escuchar tu risa cristalina, ni presenciar
tus enojos pasajeros, cuando te asistía la razón.
Duraban un instante, de todas maneras, imposible olvidar.
Tu lugar está siempre cuidado esperándote.
Quienes te queremos de verdad desconocemos, la palabra resignación.
¿Cómo resignarse a perder al hijo y amigo fiel.
Hijo querido, como es costumbre en estos enlaces siempre he
de reiterar mi pedido, formulado con leras generadas en el alma desolada de
quien espera verte un instante,
Hijito lindo, he de pedirte por favor querido mío, nunca
olvides cuanto te quiere,
Mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=Yzd9Zfj80Uc
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