Buenos días hijo querido.
Te saludo en una hermosa mañana, afortunadamente ha salido
el sol.
En tantos días nublados tuve tu luz iluminando mi refugio.
Anoche con tu prima fuimos a un concierto de piano, brindado
en el salón principal del municipio
Mientras llegaba la concertista, sobre el teclado del piano,
habían colocado dos rosas para recibirla.
De regreso de una gira internacional, quiso brindar el
último concierto en el lugar que la vio nacer.
Anteriormente se había despedido en el Teatro Colón, de la
Ciudad de Buenos Aires, donde el público la aplaudió de pie por la magia de sus
manos, que cual pájaros volaban sobre el teclado.
La función de ayer estaba repleta de vecinos que no pudimos
ir a verla al teatro con mejor acústica del mundo.
El marco del espectáculo era imponente.
Sobre el escenario el piano, taburete y las dos rosas sobe
el teclado.
Su entrada fue ovacionada por todos quienes estábamos en el lugar para
presenciar una lujosa gala.
Fue una noche especial.
Ejecutó música clásica, tal cual fuera un ángel.
Hacia el final, para sorpresa de todos los asistentes, tocó
música de todos los tiempos.
Un regalo adicional,
agradecido con aplausos interminables.
Asombra gratamente, encontrarse con personalidades
reconocidas a nivel mundial, ser tan sencilla.
Obviamente faltaron las palabras grandilocuentes con el
propósito de mostrar su humanidad gigantesca.
Posteriormente, sirvieron un coctel, que permitió a la
artista, saludar a casi todos los presentes después de una entrega total.
Acaricia el alma encontrarse con personas de ese calibre que
no necesitan un ejército de custodios para hablar con quienes tuvimos la suerte
de verla por última vez.
Lleva muchos años sobre los escenarios y ahora es prioridad
su familia, alejándose de horarios y vuelos para disfrutar con los suyos.
Una verdadera dama de la música.
Por la satisfacción que sentí llegué a mi refugio con mucho
confort y atisbos de paz.
Para esta ocasión elegí un poema para compartir con vos.
“Despedida al piano
Autor: Salvador Díaz Mirón
Tristes los ojos, pálido el semblante,
de opaca luz al resplandor incierto,
una joven con paso vacilante
su sombra traza en el salón incierto.
Se sienta al piano: su mirada grave
fija en el lago de marfil que un día
aguardó, el beso de
su mano suave
para rizarse en olas de armonía.
Agitada, febril, con insistencia
evoca, al borde del
teclado mismo,
a las hadas que en rítmica cadencia
se alzaron otra vez desde el abismo.
Ya de Mozart divino ensaya el maestro,
de Palestina el numen religioso,
de Weber triste el suspirar siniestro
y de Schubert el canto melodioso.
-¡Es vano! -exclamó la joven bella,
y apagó en el teclado repentino
su último son, porque sabía ella
que era inútil luchar contra el destino.
-Adiós -le dice-, eterno confidente
de mis sueños de amor que el tiempo agota,
tú que guardabas en mi edad riente
para cada ilusión alguna nota;
hoy mudo estás cuando tu amiga llega,
y al ver mi triste corazón herido,
no puedes darme lo que Dios me niega:
¡la nota del amor o del olvido!”
Me hubiera gustado, estuviéramos juntos.
Los arbitrios del destino, eligieron otros momentos muy
dolorosos para mí.
Poseo los mayores anhelos para poder darte un beso.
Volver a entibiar mis manos acariciándote.
Abrazarte como en ese ayer, hoy tan lejano.
Extiendo mis manos y soy incapaz de encontrarte, situación
que apena un poco más el alma desolada por tu ausencia.
¿Cuándo vendrás a visitar mis sueños?
Deseo verte para que
escuches esos te quiero que mueren sin nacer.
Casi siete años es mucho tiempo sin poder tenerte conmigo.
La familia chiquita te extraña también.
Te recuerda con amor intenso.
Los momentos compartidos viven en nuestro ser.
Te amo hijo, te extraño desmesuradamente.
A esta altura de las circunstancias, no alcanza con mirar
tus fotos.
Perdura en tu ropa, la fragancia que más te gustaba.
Conoces no es mi deseo continuar en territorio hostil,
acorralada por las dudas de ignorar como
estás.
¿Has encontrado a los seres que te antecedieron y
precedieron en el camino al universo?
Necesito encontrar la estrella donde está tu hábitat.
No te agrada, pero sos el único a quien puedo pedir ayuda
para llegar a vos de manera natural.
Mi tesoro como es mi costumbre en estos contactos
maravillosos que me llevan a pensar nos acercan, un poco más, he de reiterar mi pedido, hijo
querido he de pedirte siempre, nunca olvides cuanto te quiere,
Mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=ChcR2gKt5WM
No comments:
Post a Comment