Buenos días i precioso hijo.
Te saludo en una mañana soleada y con excelente temperatura.
Estamos transitando
un invierno extraño, dado que hubo muy
pocos días fríos.
Quiero contarte
quienes son mis mejores amigos, además de tu hermano de la vida, cuento
con los que esperan en la biblioteca
para que los lea a la brevedad.
El mundo literario es diferente a cualquier otro espacio.
Podemos sumergirnos en diferentes historias.
Existen para todos los gustos.
Con imaginación seremos parte de las mismas o bien
protagonistas como en este caso puntual.
Estaba leyendo un tratado de neurociencias, ayuda a despejar de mi camino tanta soledad.
Como desde hace casi siete años te busco entre las
estrellas, comenzaron a brotar de las páginas, varias de ellas.
En la más brillante pensé estabas vos.
Oportunidad para darte un beso, pero al tratarse de un texto
no pudo ser.
Cada ejemplar tiene la virtud enseñar a terrenales y humanos
a expresarse con propiedad.
Ahora los jóvenes viven pendientes del celular y ello es
motivo de su vocabulario tan acotado.
Produce desazón escucharlos leer.
Para ellos no existen los signos de puntación.
No los culpo a ellos, la responsabilidad, es de los padres
que no les inculcan el placer que produce la lectura y acotan las horas de uso
de los móviles.
Sería un beneficio para ellos y toda la sociedad.
Días pasados estaba en un centro médico.
La dársena que se utiliza para ascenso y descenso de los pasajeros que se atiende en el lugar, estaba ocupada
por autos, que estacionaban, para conversar por teléfono, sin importar que a
ese centro de atención, personas con dificultades para desplazarse.
En el lugar que debería ocupar el corazón, pareciera tienen na piedra.
Impiden el libre estacionamiento de los autos de alquiler,
transportando pasajeros que no pueden desplazarse sin ayuda.
La indiferencia es total.
Ello me llevó a recordar tu axioma favorito
“Nada dura para siempre”.
La movilidad normal puede perderse en cualquier momento de
la realidad que atravesamos a lo largo de la existencia.
Extraña en un municipio tan ordenado, no haya policías de
tránsito, redactando multas.
Es la única manera de
desalojar la desidia, de aquellos a quien nada importa de los otros.
Alejada de las noticias que cada media hora repiten lo
mismo, elijo refugiarme en los libros.
Es cierto soy, fanática de la lectura, sigo aprendiendo para
cultivar el intelecto.
Hoy te dejaré frases de pensadores, referentes a los mismos, con el objetivo de compartirlas
con vos.
““Algunos libros son probados, otros devorados, poquísimos
masticados y digeridos”.
Sir Francis Bacon.
“Allí donde se queman los libros, se acaba por quemar a los
hombres».
Heinrich Heine.
“Amar la lectura es trocar horas de hastío por horas de inefable
y deliciosa compañía”.
John Fitzgerald Kennedy.
“Ante ciertos libros, uno se pregunta: ¿quién los leerá? Y
ante ciertas personas uno se pregunta: ¿qué leerán? Y al fin, libros y personas
se encuentran».
André Gide.
“Aprender a leer es
lo más importante que me ha pasado en la vida”.
Mario Vargas Llosa.
“Carecer de libros propios es el colmo de la miseria».
Benjamín Franklin.
“Cuando oigo que un
hombre tiene el hábito de la lectura, estoy predispuesto a pensar bien de él”.
Nicolás de Avellaneda.
“Cuando rezamos hablamos con Dios, pero cuando leemos es
Dios quien habla con nosotros”.
San Agustín.
“Cuanto menos se lee,
más daño hace lo que se lee”.
Miguel de Unamuno.
“De los diversos instrumentos inventados por el hombre, el más
asombroso es el libro; todos los demás son extensiones de su cuerpo… Sólo el
libro es una extensión de la imaginación y la memoria”.
Jorge Luis Borges.
“Detesto la
vulgaridad del realismo en la literatura. Al que es capaz de llamarle pala a
una pala, deberían obligarle a usar una. Es lo único para lo que sirve».
Oscar Wilde.
“El estudio ha sido
para mí el principal remedio contra las preocupaciones de la vida; no habiendo
tenido nunca un disgusto que no me haya pasado después de una hora de lectura”.
Montesquieu.
“El libro es fuerza, es valor, es fuerza, es alimento;
antorcha del pensamiento y manantial del amor».
Rubén Darío.
“El que lee mucho y
anda mucho, ve mucho y sabe mucho”.
Miguel de Cervantes
Tesoro de mi alma, te amo y te extraño cada vez más.
Faltan pocos días para que se cumplan siete años de ausencia intolerable.
Nadie pudo enseñarme a vivir sin vos.
Tampoco lo hubiera aprendido por ser antinatural.
Sin ustedes quienes deben despedir a sus mayores.
¿Por qué en mi caso se dio de manera inversa?
¿Querido cuándo aparecerás en mis sueños?
Deseo estrecharte en un abrazo, cálido.
Acariciar los rasgos de tu hermoso rostro.
Resulta doloroso y difícil para una madre, cumplir con los
deseos de su hijo, si bien soy partidaria de la cremación.
El trance más duro del final.
Te amo hijo mío.
No he aprendido a vivir tu ausencia.
Como es usual en cada mañana que establecemos este contacto
que nos acerca un poco más, no me cansaré de reiterar mi pedido, por favor,
amigo fiel, nunca olvides cuanto te quiere,
Mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=V0uspqu7yOM
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