Buenos días hijo querido.
Te saludo en una mañana diáfana.
Con temperaturas no usuales para esta época del año.
El sur de nuestro país está bajo nevadas intensas.
Circunstancia propicia para quienes visitan ese lugar soñado
de nuestra patria.
Grandes y chicos disfrutan
de las pistas de esquí.
Lugares paradisiacos en cualquier momento del año.
Mirando un documental filmado en Ushuaia, pude observar
faroles en el ascenso y descenso del Cerro Castor.
Recordé en uno de los tantos viajes realizados a esa Ciudad,
los estaban colocando, con el propósito de iluminar el descenso de quienes se
quedan en la cumbre hasta media tarde. Cuando empieza a oscurecer.
Por ser la ciudad más austral del mundo las noches son
largas, amanee tarde y oscurece temprano.
El tiempo feliz de nuestra existencia lo pasamos allí.
Poco importaba el termómetro siempre marcara temperaturas
bajo cero.
La cuestión era disfrutar, estar juntos paseando por la provincia.
Sin pensar en poco tiempo la ausencia sería la protagonista
principal de esta realidad incomoda que me toca atravesar.
Desearía tener la potestad, de regresar en el tiempo y
detenerlo en aquel entonces.
Niños y grandes encontraban propicias las nevadas para armar
los tradicionales muñecos de nieve.
Los faroles ubicados en todo el recorrido de la pista
quedaban encendidos, hasta que a la mañana tardía, el personal del municipio
los apagaba.
Siempre se daba prioridad a la salud de quienes bajaban por
la ladera del cerro, rodeada de alerces, cargando en sus ramas ese manto blanco
que contrastaba con el verdor del follaje.
La provincia de Tierra del Fuego es una de las más bonitas
del país, especialmente, para quienes nos gusta el frío glacial.
Los faroles iluminando la nieve están construidos con un
material especial, que impide se oxiden en contacto con la humedad, cuando la
nieve se convierte en liquido transparente, como vos.
Desde tu partida no he regresado a ninguno de los sitios que
recorrimos juntos.
Sobraban las muestras de cariño que hoy no te puedo, dar.
Llegará el instante de concretar cada una de mis utopías.
Algunas resultan creíbles
y otras siembran en mi alma, el dolor de la desazón.
Jamás los hijos deben irse, antes que sus mayores.
Jugadas siniestras, del destino a quien resulta imposible
desafiar.
Prefiero evocar los momentos
dulces que pudimos vivir, sin imaginar el triste final.
Hoy quiero rendir tributo a los solitarios faroles de
Ushuaia que impiden accidentes en la oscuridad.
Por ello quiero compartir letras de un grande con vos que
siempre has sido un gran lector.
“Décimas a San Isidro
Autor:
Pedro Calderón de la Barca
Ya el trono de luz regía
el luminoso farol,
el fénix del cielo, el sol,
cuya edad es sólo un día.
Ya desde la tumba fría
en su fuego vuelve a ser
hoy lo mismo que era ayer;
que, si en todo es de sentir
que nace para morir,
él muere para nacer.
Veloz la vida se quita,
con que más gloria se adquiere,
pues cuando en el agua muere,
en el fuego resucita.
Las aves, a quien incita
la luz de sus resplandores,
cantando dulces amores,
eran, con belleza suma,
al campo flores de pluma
cuando al viento aves de flores.
Entre las rosas cantaban
y el aura que las movía
solamente conocía
por aves las que las volaban.
Todas a Isidro esperaban,
cuando el labrador dichoso
se quedaba perezoso
de su trabajo olvidado:
¿quién vio vicioso al cuidado
y al descuido virtuoso?
Antes de labrar el suelo
(¡oh tardanza de amor llena!)
en la Virgen de Almudena
labraba piadoso el cielo;
y como su santo celo
en el sol le suspendía
de la celestial María,
divertido, no pensaba;
como siempre, al sol miraba,
que pudo pasarse el día.”
Tesoro quiero me cuentes si has visto nevar en la estrella,
que contiene tu hábitat.
¿Por qué no puedo visualizarla desde suelo terrenal?
¿Cuándo aparecerás en mis sueños?
Necesito decirte cuanto te amo y extraño.
Ejercitar mis brazos
al estrecharte en un abrazo.
Mis manos quieren acariciarte como antes.
¿Hasta cuándo seguiré prisionera en suelo terrenal?
Mi espacio está junto a vos.
Ansío saber cómo estás.
No alcanza el ritual
establecido, cuando enciendo la computadora.
No es lo mismo acariciar tus fotos que hacerlo con vos.
El único delito cometido para seguir cautiva, es amarte como
el mejor hijo y amigo más fiel.
Te extraño.
La silente soledad precisa de tus palabras, si es que debo
continuar donde no deseo estar.
Querido hijo como si fuera una letanía, repetiré mi
petición, por favor nunca olvides cuanto
te quiere,
Mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=TuvJY-uwC4w
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