Hola hijo de mi vida.
Te saludo en una mañana
tan diáfana como fría.
Quise rescatar una de las tantas fotos que sacaste con tu
celular, con la intención que recuerdes alguno de los lugares que conocimos
juntos.
Se trata del Lago Azul,
Intuyo recordarás ese lugar encantado.
Hoy es la imagen que antecede las letras que cada mañana te
dedico con amor inconmensurable.
Hemos tenido la suerte de recorrer cada rincón de nuestro
país, por ello mi decisión de no
regresar a esos espacios.
Todas las fotografías evocan los hermosos momentos
compartidos, donde la felicidad reinaba junto a los dos.
Esa toma entre árboles y piedras es el inicio del espejo de
agua, por ello la vegetación.
Luego de atravesar las piedras, el lago se abre como los
brazos de una madre a punto de estrechar en un abrazo a su hijo
En el inicio es angosto y poco profundo.
Ese día no se te ocurrió nadar como lo hacías siempre.
Pese a ser un día tibio preferiste, exploráramos casi todo el curso de agua, caminando hasta
que el cansancio agitaba la respiración.
Cuando se ensancha se puede navegar en cualquier tipo de
embarcación, desde lanchas con motores fuera de borda, hasta catamaranes de
gran porte, quienes en su desplazamiento tranquilo, permiten apreciar las
bellezas que se encuentran en ambas orillas.
Casas de fin de semana, con jardines floridos.
El Lago Azul es divisorio de dos provincias del sur de
nuestra patria.
Tierra generosa donde se siembran las semillas de una flor y
nacen muchas de la misma especie.
Un espacio para reflexionar o simplemente disfrutar del
paisaje y los destellos dorados del sol.
Paisajes inolvidables cuando se recuerdan con amor,
fidelidad y melancolía dado que nunca más regresarán a repartir momentos
dichosos, como los compartidos en comunión de pensamientos y empatía total.
Ello me lleva a querer regresar en el tiempo y detenerlo en
aquellos tiempos, donde no había espacio para las lágrimas que ruedan por mi
rostro al evocarte con tanto amor.
Cualquier sitio que visitábamos aumentaba su encanto por
tener la gracia de compartirlo en tu compañía esencial.
Duró poco la bonanza.
Se transformó en un segundo, en el peor horror donde ahora
el cetro lo empuñaba la soledad impensada e injusta.
¿Por qué la muerte eligió a un ser brillante como vos?
¿Acaso en el mundo inerte necesitaban tanta luz?
¿No tuvieron en cuenta el dolor sembrado en la familia
chiquita?
Hoy quiero dejarte un poema aludiendo a un lago.
Quiero compartirlo con vos pensando se trata del “Lago azul”.
“Angelus domini
Autor: Manuel José Othón
Sobre el tranquilo lago, occiduo el día,
flota impalpable y misteriosa bruma
y a lo lejos vaguísima se esfuma
profundamente azul, la serranía.
Del cielo en la cerúlea lejanía
desfallece la luz. Tiembla la espuma
sobre las ondas de zafir, y ahúma
la chimenea gris de la alquería.
Suenan los cantos del labriego; cava
la tarda yunta el surco postrimero.
Los últimos reflejos de luz flava
en el límite brillan del potrero
y, a media voz, la golondrina acaba
su gárrulo trinar, bajo el alero.
ondulante y azul, trémulo y vago,
el ángel de la noche se avecina,
del crepúsculo envuelto en la neblina
y en los vapores gráciles del lago.
Del septentrión al murmurante halago
los pliegues de su túnica divina
se extienden sobre el valle y la colina,
para librarlos del nocturno estrago.
Su voz tristezas y consuelo vierte.
Humedecen sus ojos de zafiro
auras de vida y ráfagas de muerte.
Levanta el vuelo en silencioso giro
y, al llegar a la altura, se convierte
en oración, y lágrima, y suspiro.”
Necesito encontrarte para darte un beso cada mañana al
despertar.
¿Has olvidado te espero en mis sueños?
Quiero estrecharte en un abrazo como los de hace siete años.
El tiempo transcurre con rapidez impidiendo ejerza mis
funciones básicas de madre.
Te extraño con una fuerza difícil de adjetivar.
No es mi deseo seguir ocupando enclaves, en suelo terrenal.
Imposible detener el anhelo de acariciarte
Quiero escuchar nuevamente, el sonido de tu voz.
No tengo en claro por qué te arrancaron de mi lado cuando
precisábamos estar juntos para siempre.
¿Qué falló?
¿Qué procedimiento, no realicé para tenerte junto a mí?
¿Por qué debo seguir esperando para ascender a las
estrellas?
¿No he dado muestras suficientes de lo imposible que resulta,
seguir cautiva sin haber cometido delito alguno?
Te amo hijo, de manera desmesurada para otros, no para mí.
Te extraño cada día un poco más.
Mi búsqueda no cesará.
Poseo la energía que me enviás para seguir de pie.
Ni en el más loco de los pensamientos, concluí alguna
vez pudieras faltarme.
¿Quiénes te llevaron poseen familia?
¿Desconocen la unión familiar?
No descansaré hasta cumplir mi objetivo de estar con vos.
Como en cada contacto no dejaré de reiterar mi petición, cimentada
en el amor que generaste en mí.
Por favor hijo querido, te rugo nunca olvides cuanto te
quiere, Mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=7nbuvYtSgrQ
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