Buenos días hijo querido.
Te saludo e una mañana templada. Con demasiada neblina.
Enemiga de los conductores quienes deben extremas las
precauciones a la hora de conducir.
Evoco una salida nuestra al sur de nuestro país.
Al llegar a un grupo de pinos, el cielo desapareció tras un
manto de neblina.
Te asustaste mucho por los bancos de niebla.
Tenían como testigo de la bruma, un grupo de pinos erguidos
en una de las tantas estancias que se encuentran
por la zona. Exclamaste “Los únicos testigos de la bruma son
esos pinos doblados por el suave viento.
Ello indicaba en pocas horas la niebla sería un mal
recuerdo, desdibujando el paisaje, antes cordial.
Jamás nos gustaron las sombras brumosas que propician
accidente a los atrevidos,
Quienes al frente del volante sienten son dueños de las
rutas, produciendo accidentes que se podrían evitar, con solo aminorar la
velocidad.
La bruma distorsiona el paisaje transformado en sombras peligrosas, sedientas de sangre humana, para
luego desaparecer.
Pocas veces transitamos rutas cuando el exceso de humedad
provocan estos fenómenos meteorológicos.
Trazando un
paralelismo, desde tu ausencia vivo entre brumas, traídas por la soledad de no
tenerte.
Desde hace más de
siete años.
Es imposible retomar una realidad normal después de la peor
tragedia por la que puede transitar una mujer.
Los sentidos de la existencia desaparecen para acompañar el
dolor de la ausencia no querida y menos imaginada.
Necesito darte un beso, son
demasiados lis acumulados a lo largo de estos años, inmerecidos para los dos.
Todas las noches pido aparezcas
en mis sueños.
Hace mucho no te veo.
Preciso tenerte a mi lado si es que debo continuar, en suelo
terrenal.
Un espacio en el que no deseo
estar.
Te pido ayuda para abandonarlo.
No puedo permanecer demasiado
tiempo acá.
Para hoy elegí una poesía de uno
de ms autores favoritos, refiriéndose a la bruma.
Deseo compartirlo con vos.
“CAMINOS
Autor: Antonio Machado
De la ciudad moruna
tras las murallas viejas,
yo contemplo la tarde silenciosa,
a solas con mi sombra y con mi
pena.
El río va corriendo,
entre sombrías huertas
y grises olivares,
por los alegres campos de Baeza.
Tienen las vides pámpanos dorados
sobre las rojas cepas.
Guadalquivir, como un alfanje
roto
y disperso, reluce y espejea.
Lejos, los montes duermen
envueltos en la niebla,
niebla de otoño, maternal;
descansan
las rudas moles de su ser de
piedra
en esta tibia tarde de noviembre,
tarde piadosa, cárdena y violeta.
El viento ha sacudido
los mustios olmos de la
carretera,
levantando en rosados torbellinos
el polvo de la tierra.
La luna está subiendo
amoratada, jadeante y llena.
Los caminitos blancos
se cruzan y se alejan,
buscando los dispersos caseríos
del valle y de la sierra.
Caminos de los campos...
¡Ay, ya no puedo caminar con
ella!”
El poeta desea caminar con ella,
en mi caso deseo fuertemente hacerlo con vos
Alguien de nuestro conocimiento
decía que si pensábamos con fuerza las
cosas, las mismas se cumplían.
Esos nuevos deseos no pasaron por
las puertas de mi refugio.
¡Te necesito tanto!.
Anoche me llamó tu hermano de la
vida.
Te extraña casi tanto como yo.
Preguntó por la salud de tus
primas.
Se preocupa de verdad.
La mejor herencia que pudiste
dejarme.
De diferente forma te extrañamos
los dos.
Te amo hijo querido,
Te extrraño mucho más.
No existen los calificativos para
dimensionar, el amor más lindo existente, en el mundo, es el de una mamá hacia
su hijo.
En nombre de ese amor que supiste
generar en mi alma.
En cada una de estas conexiones
No me cansaré jamás de pedirte, por
favor nunca olvides cuanto te quiere,
Mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=Jma89WgyOE8
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