Buenos días hijo querido.
Te saludo en una mañana soleada y cálida.
Pareciera el invierno se despidió definitivamente.
Ordenando la biblioteca, encontré tu libro de cabecera:
“El Principito”,
decidí volver a releerlo, es un texto humanístico, recomendable para cualquier
edad.
Traducido a todos los idiomas es el segundo libro más
leído del mundo.
Obra cumbre del aviador y escritor Antoine de Saint Exùpry.
Hace mucho tiempo estuvo en la Ciudad de Buenos Aires, para
volar con el aviador más importante de nuestro país Jorge Newbery.
Ambos eran famosos decidiendo, surcar los cielos de esta
patria.
Fue tu libro de cabecera y cuando lo encuentro vuelvo a
leerlo, para estar, cerca tuyo.
Como antes, más que siempre tan presente, en cada segundo de esto que se parece a una
vida, tan solitaria como dolorosa desde tu ausencia tan prematura.
Fuiste sabio al elegir ese libro.
Podías recitar el contenido de memoria por ser atrapante.
Esa historia de un niño que junto a su mascota ilustra la
tapa del libro, está de espaldas a la tierra mirando el universo.
Mis sueños lo vieron volando hacia el mismo sostenido por gaviotas, quienes aleteando lo llevaban
hacia
Tu hábitat.
Fue un estado onírico placentero, pensar podías visualizarlo
e inclusive entablar una charla con él.
No quería despertar de un sueño tan confortable.
Puedo recordar cada instancia de aquel.
Lo tomé con la ilusión para poder verte a vos y darte uno de
los besos aletargados que guardo para que lleguen a tus mejillas, con rapidez.
¿Cuándo aparecerás
por este refugio?
Necesito estrecharte en un abrazo como antes.
Susurrarte al oído la intensidad del amor maternal.
Contarte cuanto te extraño.
Es muy difícil continuar sin tu presencia en suelo hostil.
Jamás aceptaré tu partida,
Episodio antinatural.
Era yo quien debía comenzar el ascenso.
En ese viaje final no pude ser tu guía, evitando te
asaltaran los temores de dirigirte en soledad absoluta hacia ámbitos
desconocidos por terrenales y humanos.
Los hijos no deben morir.
Nunca serás un recuerdo en mi existencia.
En cada rincón de la casa te
percibo a vos. Para la fecha elegí frases de tu libro de cabecera,
espero lleguen a la estrella que ocupás.
Aquí las dejo para compartir con mi amigo más fiel.
«Si quieres un amigo, ¡domestícame!».
«Cuando me hayas domesticado (...) El trigo dorado será un
recuerdo de ti».
«Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde, comenzaré
a ser feliz desde las tres».
«No era más que un zorro semejante a cien mil otros. Pero yo
lo hice mi amigo y ahora es único en el mundo».
«Es triste olvidar a un amigo. No todos han tenido un
amigo».
«Es bueno haber tenido un amigo, aun si vamos a morir».
«Si uno se deja domesticar, corre el riesgo de llorar un
poco».
«Tú y solo tú tendrás estrellas que saben reír!».
«Y cuando te hayas consolado (siempre se encuentra consuelo)
estarás contento de haberme conocido».
Si alguien ama a una flor (...) es bastante para que sea
feliz cuando mira a las estrellas».
«Debí haberla juzgado por sus actos y no por sus palabras».
«Yo era demasiado joven para saber amarla».
«Lo esencial es invisible a los ojos».
«Los ojos están ciegos. Es necesario buscar con el corazón».
«Nunca en su vida había renunciado a una pregunta, una vez
que la había formulado».
Te amo y extraño cada día más.
Es demasiado pesada la mochila que arrastro desde hace siete
años.
¿Por qué la vida no
te brindó otra oportunidad?
Demasiado joven para partir, en absoluta soledad.
¿A esto se denomina Justicia Divina?
Poseo otros conceptos sobre ella y la que a veces rige en la
tierra.
¿Por qué tanta desigualdad?
¿Por qué nadie dice hacia dónde van los seres sin vida?
¿Lo saben?
¿Son mitos a derribar?
¿Cuál es la verdad?
¿Alguien puede responder con argumentos sostenibles en el
tiempo?
La búsqueda veraz, jamás cesará.
Miles de caminos he de recorrer, para encontrarla.
¿Será el motivo que me mantiene adherida a la tierra?
No deseo piedad ni conmiseración.
Preciso estar con mi hijo por el resto de la eternidad.
Solo yo conozco sus necesidades.
No existe nada en suelo terreno, capaz de aclarar tantos
dilemas sin resolución.
Hijo de mi vida, como es habitual en estos contactos
maravillosos, he de reiterar hasta el último halito de vida, por favor nunca
olvides cuanto te quiere,
Mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=21rS0w4SRLM
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