Buenos días hijo querido.
Te saludo en una mañana límpida.
Sobre el horizonte brillan los dorados destellos del sol,
anunciado la primavera, próxima a llegar.
Ello me lleva a evocar uno de los tantos viajes, realizados
a la costa atlántica de nuestro país.
Dejábamos nuestras
pertenencias, en la carpa de una playa.
Solíamos ir temprano, con el propósito de evitar los rayos
nocivos del Astro Rey.
Posteriormente nos dedicábamos a caminar siempre asidos de la mano.
Fuiste el primero en avistar un tesoro.
Desde una ostra abierta se observaba una bella perla
cultivada, mostrando su soledad.
Es la imagen que antecede esta conexión.
¿Has podido recordar aquel momento tan feliz?
Enseguida propusiste aprender a bucear con el objetivo
de extraer, perlas cultivadas para
enviar a nuestro joyero amigo, para que realizara una joya para mí.
Temo a las profundidades.
Del territorio de Poseidón.
Me llevó bastante tiempo convencerte, lo dejáramos para el año siguiente.
No fue fácil cuando
te proponías algo no descansabas hasta
lograr tu derrotero.
El anhelo de agasajarme, era más fuerte que vos.
Tus impulsos ansiosos, debían cumplirse en el momento.
Luego de una extensa conversación, aceptaste volver al año
siguiente con más tiempo.
Guardamos la perla en un bolso y nos fuimos al hotel.
Tu partida temprana impidió el regreso a esa playa.
Al llegar a nuestra Ciudad, estabas apurado por visitar al
joyero para que realizara un anillo que hoy guardo como un tesoro.
Dejé fueras vos, quien diseñara, el anillo.
Desde tu partida no lo uso más.
El orfebre se sorprendió con el dibujo que sacaste para confeccionar el anillo.
Requerías la perla fuera rodeada por amatistas.
Vanos fueron los intentos del diseñador para hacerlo con
otro tipo de piedras.
Tus decisiones jamás cambiaban.
El anillo se confeccionó en oro rojo, rodeado de pequeñas
amatistas.
El dueño de local te propuso zafiros, no llegó a
convencerte, con seriedad, respondiste que si no eran las piedras seleccionadas
por vos, estabas dispuesto a visitar otro local, donde confeccionaran alhajas.
Ante tu insistencia persistente, el joyero comentó tu
carácter y decisiones eran inquebrantables.
La joya quedó hermosa, durante poco tiempo pude lucirla en
mi dedo anular.
Cuando ocurrió la peor de las tragedias, dejé de utilizar
joyas costosas.
El anillo permanece guardado en su estuche.
Mis manos desnudas, solo quieren acariciarte.
Un bello regalo del mar, descansa en su estuche original.
Para esta ocasión seleccioné un poema de autor reconocido donde hace referencia a las
perlas.
Es mi deseo compartirlo con vos.
“La mar ciñe a la noche su regazo
Autor: Miguel Unamuno
La mar ciñe a la noche en su regazo
y la noche a la mar; la luna, ausente;
se besan en los ojos y en la frente;
los besos dejan misterioso trazo.
Derrítense después en un abrazo,
tiritan las estrellas con ardiente
pasión de mero amor, y el alma siente
que noche y mar se enredan en su lazo.
Y se baña en la oscura lejanía
de su germen eterno, de su origen,
cuando con ella Dios amanecía,
y aunque los necios sabios leyes fijen,
ve la piedad del alma la anarquía
y que leyes no son las que nos rigen.
Horas serenas del ocaso breve,
cuando la mar se abraza con el cielo
y se despierta el inmortal anhelo
que al fundirse la lumbre, lumbre bebe.
Copos perdidos de encendida nieve,
las estrellas se posan en el suelo
de la noche celeste, y su consuelo
nos dan piadosas con su brillo leve.
Como en concha sutil perla perdida,
lágrima de las olas
gemebundas,
entre el cielo y la mar sobrecogida
el alma cuaja luces moribundas
y recoge en el lecho de su vida
el poso de sus penas más profundas.”
Querido hijo, el más deseado, el amigo más fiel
¿Cuándo aparecerás en mis sueños y así concretar mi gran
utopía, darte un beso aletargado por el tiempo transcurrido de manera
presurosa?
Sos mi vida y mi sol.
Es imposible continuar sin tu presencia añorada.
Ansío estar a tu lado prontamente.
No puedo esperar más.
Ciertas solicitudes mías no son de tu agrado.
Es comprensible. Más, no puedo aceptarlo.
Solo vos podés ayudarme, a llegar al final.
No quiero provocar tu
tristeza, solo pido auxilio para estar con vos y así salir del averno que
significa habitar suelo terreno, donde todo es hostil, cuando un hijo se va a
espacios inalcanzables para mí.
Por ello mi requerimiento.
Es difícil continuar como mamá sobreviviente, cuando mi
lugar está junto a vos.
Continuo, buscándote entre las estrellas sin haber logrado
mi cometido
Te amo y extraño con igual vehemencia.
Como es habitual en estos enlaces que nos unen cada día más,
he de reiterar mi solicitud.
Por favor hijo de mi existencia nunca olvides cuanto te
quiere,
Mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=T-O1RNM4GkQ
No comments:
Post a Comment