COLORES CELESTIALES

Buenos días alma mía.
A diario miro el cielo con la intención de encontrar una señal que permita encontrarte.
La imaginación es el mejor vehículo para transformar los colores celestiales en otros que por separado se ven en las famosas Auroras Boreales o Australes.
En esos puntos el cielo adquiere pinceladas de otros colores que van del verde al fucsia haciendo su aparición por separado.
Cuando las musas traen imágenes abundantes podemos mezclarlas para que aparezcan todas juntas.
No como pinceladas sino como coloridos celajes por donde inquietas asoman las estrellas.
¿Estás n alguna de ellas?
¿Podrías hacer un guiño para que identifique cual es?
Te busco en todas partes.
Mis esfuerzos no tienen devolución.
Un amigo que vive allende el océano, sugiere por mi bien te transforme en recuerdo.
No es posible.
Las heridas del alma, nunca cicatrizan.
No puedo pensar mutes a aquellos cuando mi intención es reencontrarte, en el sitio que el destino establezca.
Si fueras añoranza, seguramente, nunca volvería a verte.
No es mi deseo que ello suceda.
Los recuerdos no reciben, besos ni caricias de sus madres.
No es ese nuestro caso.
Los dos necesitamos continuar esa historia de amor maternal y filial en cualquier sitio.
Pertenezco al gripo de humanos insistentes y hasta no lograr mi objetivo no cesaré en esta búsqueda.
Faltan apenas treinta y dios días para que se cumpla n cinco años de una ausencia que no debió ser.
La mayoría de las personas que conozco dicen hay que aceptar los designios de dios.
¿Por qué?
Siempre me revelare ante las imposiciones de la mayoría.
Las minorías también existimos y no existe regla o precepto que diga que todos debemos igualar los pensamientos.
De existir, sería la primera en violentarlas.
He perdido un hijo y hasta que no le pasa a quien te aconseja es imposible afirmar tal o cual cosa.
Sería injusta y necia si no supiera que esas palabras nacen en el marco de la amistad.
Ellos quieren esté bien.
¿Es posible teniendo un hijo muerto?
Definitivamente, no.
He olvidado la manera de reír como antes-
Antes la familia chiquita estaba completa, ahora faltas vos.
No es tiempo de asumir la peor verdad.
Una mujer que ha pasado instancias similares a las mías, comienza a romperse por dentro.
Para ejemplificar les diría que el esqueleto se convierte en osamenta de crista.
Pequeñas granizadas van socavando las raíces que nos mantienen erguidas.
Sin querer comenzamos a caer.
¿Dónde?
En oscuros abismos que solo la energía de quien partió te puede comenzar a sacar de los escombros que son tu propio cuerpo.
Todas las enfermedades atacan a la vez.
Ningún medicamento sana las heridas del alma,
Tampoco las llagas del corazón,
El tiempo las va convirtiendo en callosidades que duelen.
En cada una quedan porosidades por las que fluye sangre.
El cuerpo te esta avisando está rompiéndose.
¿Deseo recomponerlo?
Sinceramente no?
El proceso comenzaría otra vez por que tu hijo no se fue de viaje al exterior, sino que se lo llevó la muerte.
Cuando ello ocurre nunca más podés volver a verlo.
¿Cómo se hace para asumir la muerte de un hijo?
¿Cómo se transforma en recuerdo la vida que está dentro de uno mismo?
No se puede.
No soy obcecada.
Quizás otros terrenales puedan levantarse de situaciones tan complejas.
En mi caso no puedo.
¿O no quiero?
Es posible esa opción.
Aún cuando conociéndome, jamás transformaría a mi hijo en recuerdo pues lo siento vivo dentro de mi ser.
Desde la partida de mi hijo tardé un año en pedir ayuda a los psiquiatras.
Fui a dos.
Atiende mi salud mental la que más compatibiliza con mi forma de ser.
Ambas profesionales coincidieron en el tema duelos.
Todos son superables, exceptuando el de un hijo.
También asistí a psicoterapia.
Debut y despedida.
La terapeuta por la charla mantenida dedujo no habría segunda consulta.
No tenía la menor intención de compartir mi dolor con personas desconocidas.
¿Para qué?
No pierdo mi tiempo no se lo hago perder a los demás.
No me gusta contar algo tan mío a personas que nunca ví.
¿Está mal?
Es posible nunca esgrimí verdades absolutas.
Hago aquello que dicta mi corazón.
Por lo expuesto, no me pidan o sugieran convierta a mi hijo en un recuerdo.
No es un objeto querido que se rompió y se puede suplantar con otro.
¿Puedo estar equivocada?
Es posible.
Por ahora y no sé hasta cuando no cambiaré de parecer.
A los hijos se los ama con devoción.
Necesito creer que en algún momento volveremos a vernos.
Tengo una mochila cargada de besos que son para él.
No es agradable que el intento de acariciarlo quede solo en eso.
Cada una de mis decisiones es consensuada con mi familia chiquita,
Comprende mi dolor.
Quizás cada caso es especial.
Querido mío este enlace se ha parecido bastante a una sesión de terapia.
Sigo pensando en los tonos majestuosos de ese cielo tan especial.
Sería el marco adecuado para nuestro encuentro.
Cuando estemos juntos los padecimientos desaparecerán.
Como dice una vieja canción, juntos somos más que dos.
Te extraño.
Quiero saber todos los días un poco más de tu estadía en el universo.
Quizás ello me ayude a retomar viejas creencias que se transmiten entre cada generación.
Por ahora no es prioridad.
Nadie me enseño a vivir sin vos.
Podría afirmar que a ninguna madre le dijeron cómo se si fue después de la muerte de un hijo.
Es el peor aprendizaje, por ello dura tanto tiempo.
Te extraño de la misma manera que te amo, por ello te pido nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.

https://www.youtube.com/watch?v=uBJc2LnGzv8