Buenos días luz de mi existencia.
En la eterna búsqueda de tu ser, bisojos se transforman en viejos relojes midiendo la ausencia.
Ausencia que transforma los sentidos, las formas de recrear el pasado trayéndolo a un presente doloroso.
Puedo proyectarte en mi futuro para cumplir el sueño de estar a tu lado para siempre.
A nadie deberé pedir permiso para besarte o acariciarte.
Ahora lo hago con tus fotos a diario.
Conservo la rutina de encender la computadora y como si se tratara de un dogma establecido, el primer lugar que visito es el sitio donde están tus imágenes añoradas.
Las acaricio, una a una con la ilusión que mis dedos te transmiten, el amor incondicional de una madre desesperada a su hijo.
El frío del cristal del monitor convoca los espasmos preludiando el llanto incontenible provocado por la impotencia de no poder concretar el más básico de los deseos, inspirados en los recuerdos.
Recuerdos que deberían dejar de serlo si estuvieras tan solo un segundo conmigo.
Instantes sagrados pertenecientes al mundo de las entelequias que ansío se transformen en perpetua realidad.
El destino intempestivo sin que nadie le pregunte me dice “No es tiempo”
¿Acaso conoce lo sentimientos que nos prodigamos mutuamente?
¿Qué sabe para creerse dueño de mis ojos transformarlos en un reloj midiendo la no existencia corpórea?
¿No puede tomar en cuenta por una sola vez mi anhelo de tenerte?
¿Por qué esos ojos con números romanos me impiden visualizarte?
¿Conocerá la palabra desamparo?
Así quedé cuando te arrancaron de mi lado.
¿Cuándo tomarán en cuenta que son los hijos quiénes despiden a sus mayores?
¿Nunca se detuvo a escuchar mi llanto por no tenerte?
¿Por qué no responde o si lo hace es con un movimiento de hombros?
Para él nada tiene importancia más que la vanidad de sobrevivir a los muertos de cada instante que pasa a ser pasado o lastimoso recuerdo.
Ese reloj impide pueda verte como desearía.
Sonriente.
Cálido.
Único para cada madre e iguales circunstancias a las mías.
¿Por qué aparece sin ser convocado?
¿Subestima el intelecto de las madres que conocemos hasta l hartazgo su existencia?
¿Esa actitud tan pobre alimenta el ego de quien domina la vida y la muerte?
¿Te parece debería ignorarlo?
¿Cómo se hace, cuando ciertos entes se te sublevan?
Sé que arribamos al mundo de los mortales con un libro de nuestro propio destino.
Contiene nuestros datos, el resto de las páginas están en blanco.
Las vamos llenando a medida que pasa su esencia.
Se jacta de conocer el final de cada ejemplar.
¿Por que estoy inhabilitada de conocer el mío cuando soy la dueña de mi vida?
¿Acaso regresamos a eras pasadas donde cada terrenal tenía su amo?
No pertenezco a esa clase de ser humano pues conocí la libertad.
Es un derecho adquirido y lucharé por aquel mientras respire.
Tiempo o destino no soy manipulable.
Nunca lo he sido. memos ahora que no tengo al ser que más amé en la vida.
¿Acaso cometiste la osadía de pensar que al estar sola podrías modificar mi manera de pensar.
Soy, resiliente.
Renazco de lo peor que elegiste para mí, gracias a la energía que a diario recibo de mi hijo.
No estamos en igualdad de condiciones.
Nosotros somos dos.
¡Leíste bien!
Mi hijo y yo, pese, a ser independientes, en los momentos duros, éramos uno contra el mundo.
¿Aceptarías un desafío?
No congeniamos.
Es verdad.
Te pido hagamos un ejercicio sobre eventos de la vida de una madre con su hijo.
Quien lo finalice primero tendrá derecho a elegir si sigue con los mortales o se va, cerca de la persona que trajo al mundo para que viviera.
¿Me estás discriminando?
¿Intuís que ganaría a tus caprichos?
¿Para que me mantenés cautiva en territorio de Gea?
¿Te asusta triunfe el amor de seres que piensan solo en estar juntos?
Mi lugar no está en suelo terreno.
Eso lo tenés más que asumido.
Imagino no naciste de las raíces de un árbol.
Juguemos limpio.
Quien gana abandona inmediatamente el mundo de los terrenales.
¿No te gusta la propuesta?
¿Dónde radicaría el problema?
No te estoy sobornando.
Es algo que deseo más que nada en esta existencia.
Vos conservarías tu jerarquía.
Mi final sería inminente.
No acepto sugerencias.
Nunca avasallaría la memoria de mi hijo, tomando atajos.
¿Creías no los conocía?
Siento desilusionarte.
Sé de la existencia de ellos.
No soy cobarde ni juzgo a quienes lo hacen.
Cada cual resuelve sus penas como puede.
Sabías que los pájaros cantores no gorjean en el dintel de mi ventana desde la partida de mi amado hijo.
Tampoco en las ramas desnudas de los árboles, tiene frío no desean exponerse al daño gratuito de los que eligen juegos perversos.
No tengo otra oferta para realizarte.
Tomala o dejala.
Imagino optarás por lo último por que ello te hace sentir más poderoso
Te avisé soy transparente.
Antes de tu huída, la llamo asó porque es tu manera de responder, desearía comunicarte que así coloques cemento en mi mirada, siempre habrá un resquicio para que pueda ver a mi hijo entre las brillantes estrellas.
Recordá que nunca podrás separarme de él, pues desde su partida forma parte de mi existencia.
¿Estás capacitado para destruir la memoria?
No.
De ello se ocupa la diosa griega Mnémosine.
Con los recuerdos tampoco podrás.
Mi hijo ha visto como le quita aquellos a los seres yacientes.
Adivino tu intención de dejar para siempre los relojes en mis ojos.
No importa.
Algunos seres que no puedo ni quiero adjetivar utilizan la fuerza para imponer el pensamiento.
No tengo más espacio para ningún otro.
Cada milésima de mi cuerpo es compartida con mi hijo.
Siempre tuvimos empatía.
Sabíamos leer el pensamiento del otro. Conversábamos sin utilizar el don de las palabras.
¿Pasaste por esa experiencia?
Comprender los sentimientos del ser que acunaste durante nueve lunas y sus soles sin pronunciar una sola letra es como tocar el cielo con las manos.
Plenitud exuberante.
¿Has conocido el firmamento o tu casa está más cerca del averno.
No.
Ni pienso en realizar una visita de cortesía.
No es mi estilo con personas a las que conozco pero preferiría evitar conocer la fisonomía.
Mi propuesta sigue firme.
Espero demuestres ser un caballero al contestarla.
No tenés que escribir más que dos letras.
Ello ayudará a salir del camino de las disquisiciones al conocer al adversario.
¿Adversario?
No es ese el adjetivo correcto.
Pensamos diferente.
Es cierto.
No alcanza para convertirte en oponente.
No coincidimos en algunos aspectos de la vida o la muerte.
Los adversos discuten.
No malgasto mi tiempo, en discurrir con nadie.
Solo ofrezco una propuesta.
Está en tu hombría aceptarla o desecharla.
Tratemos prevalezca el respeto.
No me siento inferior por ser mujer.
Ese es un pensamiento antiguo.
Tratemos de exaltar nuestros intelectos.
Quienes nos conocen se sentirán orgullosos.
Evitemos el camino de las controversias.
Espero tu respuesta.
Querido mío, aquí estoy tratando de convencer al destino con propuestas transparentes.
¿Demorará mucho en responderme?
Tengo tiempo.
Lo único que no puedo esperar es depositar en tus mejillas un beso.
Te extraño hiquito adorado.
Agobia la espera.
Necesito me enseñes a vivir en medio de esta distancia.
Te amo más que nunca.
Las fechas que se aproximan laceran el alma o lo que queda de ella.
Ayudame a legar a vos para conocer la vida eterna.
Lo demás no me interesa.
Tesoro de mi vida nunca olvides cuan agradecida estoy porque seas el pilar que me sostiene.
He d pedirte nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=0kpi84S8KBc
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