Tuesday, July 07, 2020

PRESAGIO



Buenos días mi tesoro.
Mirando como un ritual tus fotos cada día encontré la imagen que antecede a mis letras.
Curiosamente fue uno de tus últimos viajes al exterior.
¿Presagio del después?
El Cristo Redentor de Brasil en el cerro El Corcovado, es una de las nueva siete maravillas del mundo moderno.
Impresionante estructura de trescientos un metros de altura montada sobre una base de ocho metros, fue imaginada cuando Brasil era un imperio al frente del emperador Pedro y la princesa Isabel, a fines del siglo XVIII.
Se construiría años después cuando la República Federativa de Brasil recuperaba la independencia.
La construcción comenzó en mil novecientos veitiuno en la cima del Corcovado.
Lugar adverso para colocar andamios por los fuertes vientos.
Vaya a saber por que designios del destino, afortunadamente ningún trabajador sufrido ningún accidente.
El Cristo probablemente los protegió.
Eso afirman, los mitos y leyendas,
El rostro del monumento, fue encargado a un escultor de Bucarest.
No es rígido.
Pareciera que mira a los fieles y creyentes.
Fue inaugurado en el año mil novecientos treinta y uno.
La iluminación nocturna encargada a Guillermo Marconi quien desde Italia enviaría una señal para que el Cristo se iluminara de manera automática.
A tanta distancia, esa señal falló.
Poco tiempo después las luminarias serían locales.
La bahía de Guanabara, se viste de fiesta cada noche al observar el monumento con los brazos extendidos en señal de cobijo a quienes se van.
No es una interpretación de mi cosecha.
Esos brazos rígidos extendidos se pueden cerrar, llevando al paraíso celestial a quienes pierden la vida.
Serán recibidos por esa figura pragmática hasta depositarlos en lugares enigmáticos a la vista de los terrenales.
De ninguna manera se trata de una interpretación mía sino de mitos que han crecido desde que fuera emplazado en la cima del Corcovado.
En el año dos mil ocho se colocaron escaleras mecánicas para facilitar el ascenso de los fieles y los turistas que solo ven un punto para visitar en su estadía en la Ciudad de Río de Janeiro.
No creo en las casualidades sino en las causalidades.
Ese fue tu último viaje al exterior.
A todo el mundo le decías eras agnóstico.
¿Acaso fue un presagio y por ello te acercaste a esa estatua de gran altura porque intuías te recibiría en las puertas del cielo?
¿Cerró sus brazos alrededor de tu esencia para que no te sintieras solo, lejos de las costumbres terrenales?
¿Morigeró tus miedos?
Todos los terrenales lo tienen ante lo desconocido, los seres humanos como vos, poseen una sensibilidad especial.
A esa virtud hago referencia, cuando distingo a terrenales y humanos.
No existe otra connotación.
Si la hubiera guardaría, las conclusioes, solo para mí.
En ocasiones, en realidad muy pocas, trato de regresar a las creencias que me inculcaron desde pequeña, entonces pienso en la existencia de dios en el cielo, recibiendo a cada muerto.
En ángeles con las alas desplegadas protegiéndolos.
Todo ello tiene escasa duración en el tiempo real.
La existencia me indica estás muerto y nada puedo hacer para modificar ese estado que jamás aceptaré.
No se preocupen no voy a repetir los planteos que hago a diario.
Nadie puede devolverme la vida de mi hijo ¿Quién posee la potestad para expresar debo resignarme a su desaparición.
Hijito querido más allá del lugar donde sea tu hábitat, nunca podría olvidarte.
Locuras de quienes lo proponen con total displicencia y absoluta ignorancia.
Es imposible olvidar a un hijo muerto.
Consulten con otras madres en igual situación.
Los años compartidos no se borran porque así lo establece un tratado de psiquiatría.
Con el mayor de los respetos a quien dividió el duelo en cinco etapas quisiera preguntarle si en su haber existencial cuenta con un hijo muerto.
Hablar, escribir es tarea fácil cuando se soslayan las vivencias de otros.
Los seres humanos y los terrenales no somos concebidos en cadena.
No se nos coloca un chip en el momento de nacer para que seamos obedientes a leyes escritas por el hombre.
¿Quién afirma no puede fallar en sus predicciones?
No se puede tomar como muestra la personalidad de tres o cuatro personas para realizar aseveraciones equivocadas.
Duele la muerte de cualquier humano.
Más si se trata de un familiar.
Atención, no es lo mismo que se muera un primo, tío, que la muerte de quien trajiste a la vida para que viviera.
¿Quién puede asegurarme que todos los científicos que escriben sobre determinados temas, han pasado por experiencias como las de una madre que ha perdido a su hijo.
Es fácil escribir en general.
Difícil resulta el discurso ecuánime que nadie cree por la sencilla razón que no somos un ejército de seres robotizados a los que se nos ha colocado un chip para creer, vivir o sentir.
Violenta cuando creen que todos somos parecidos a una manada de animales.
No lo expreso en forma despectiva.
Detesto subestimen el intelecto de las personas olvidando que ante todo somos terrenales y humanos que vivenciamos de forma diferente.
El amor de un hijo no se puede reemplazar por la trayectoria del autor que así lo exprese.
No juzgo a nadie, como tampoco permito hagan un retrato de mi psiquis alejado de la realidad.
No soy, una extraterrestre.
Mi hijo ha muerto hace casi cinco años.
¿Quiénes son ustedes para decirme cómo debo reaccionar?
Vuestros libros se venderán de manera fabulosa.
No me interesa.
Aquello que recaudan no comprará el regreso ala vida de ningún muerto.
No me gustan las etiquetas.
Menos las predicciones sobre esto o aquello que sucederá.
Son espíritus autoritarios.
No aceptan disidencias.
Allá aquellos que encuentran la manera de resignarse ante la muerte de un hijo.
No es mi caso.
Por favor no pongan a todos en el mismo envoltorio.
Es poco serio.
Hijito de mi alma, no te preocupes, mientras me mantengan cautiva aquí, no te olvidaré.
Necesito conservar la memoria y el amor intactos por si llega la etapa del reencuentro.
Quiero pensar en esa probabilidad.
Darte un beso sería alcanzar el cielo con las manos.
La ausencia del hijo amado modifica todas las estructuras.
En mi caso es imposible vivir sin darle un beso.
Los necesita, como cualquier chico querido por su mamá.
A mi hijo lo amé, lo sigo amando con amor del bueno.
Ninguna lectura cambiará mus convicciones.
Sufro por su soledad.
Deseo estar a su lado.
Nadie enseña a una mamá a vivir con un hijo muerto.
Nuca sabré por qué me tocó a mí.
Espero que ese dios con los brazos extendidos, te haya recibido en la eternidad.
Me duele tu soledad.
¿Quién seca tis lágrimas cuando te sentís solo?
Un ser sensible como vos, debe derramar aquellas de manera asidua.
Siento hartazgo.
Agobio por esta celda sin rejas a la que he sido condenada a vivir.
¿Para qué?
¿Acaso no vieron tu mirada triste?
Nos complementamos como poco.
Quizás la empatía haya molestado a otros.
Nadie tiene respuestas para mí.
Te amo tesoro, por ello te pido nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.

https://www.youtube.com/watch?v=MsVGkHVZuhQ

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