CAUTIVA DE TU RECUERDO

Esencia de esta realidad imposible de asimilar, te saludo como siempre, extrañándote.
La imagen que se observa, antes que nuestro contacto celeste, no corresponde a un cuando.
Es un espejo.
Refleja con perfección los sentimientos que embargan el alma.
¿Qué hago fuera de mi refugio?
Espero al cerrajero.
Al salir se quebró la llave.
No te preocupes,
La puerta de entrada es infranqueable en un lugar tan tranquilo.
Ni siquiera se escucha ladrar a los perros.
Solo aquellos, que sufren el abandono de sus dieños que los dejan en lujosos autos para desorientarlos.
¡Cuánta maldad cabe en un solo ser de la especie terrena!
Mientras espero, miro por el ventanal.
El sillón está corrido.
¿Rrecordás, en el hablaos, de la vida.
Sin ser arquitectos, diseñábamos un destino juntos en que las ausencias no tenían cabida.
Observo sobre la mesa la lámpara que anoche acompañó mis desvelos acompañada por un libro.
¿Has estado por allí?
El reloj.
Odioso marcador del tiempo ha caído.
En este instante que se suma a muchos otros de soledad absoluta, no puedo dejar de recordarte.
Cautiva de tus recuerdos, intento continuar el camino insípido de esta realidad carente de sentido.
¡Quiero irme!
No puedo, el cerrajero demorará unos minutos más.
No puedo esperarlo en el interior, sin querer o vaya a saber por qué señal del destino, la llave de mi refugio sufrió una fractura, luego de cerrar mi espacio invulnerable.
Nadie con malicia premeditada puede acceder al interior.
Puedo elegir.
Prefiero estar sola a contaminarme con ciertos ejemplares tóxicos.
La espera me lleva de la mano de mis musas a transportarme a caminos poco conocidos.
¡Mis musas!
Hijas de Mnémosine, la dueña griega de la memoria y los recuerdos.
Fuerte como su madre Gea.
Volátil como su progenitor Urano.
En su famosa Teogonía el poeta y escritor Hesíodo la recuerda.
Nos hace conocer a los legos que fue una de las deidades del grupo de las Titánides que decidió morar en la memoria o recuerdo de cada uno de los mortales.
Debe contar con historias jugosas.
No las ha contado.
He tenido oportunidad de conocerla en uno de mis habituales viajes en el tiempo.
Sin anestesia pude preguntarle por qué ordenó a Pérsefone, quitara la memoria de los muertos.
Cálida y terminante, respondió que era la antesala previa para entregar a los seres exánimes a otras vidas
¿En cual de ellas estás?
¿Podría visitar o como otras veces lugares imperceptibles, donde lamentablemente, cerraran el ingreso al cielo o al lugar donde estás?
Mnémosine es una elegida.
Puede pernoctar en la tierra o en las alturas desconocidas del universo.
Sabe que no te tengo.
Sé que ha tenido hijos.
En realidad son féminas.
Todos las conocen como Musas y quienes escribimos las llamamos de manera persistente.
No temas.
He preguntado si se cansan de tanta convocatoria de poetas y escribidores como en mi caso.
Contestó siempre no abusen del poder de sus hijas todo puede contemplarse.
Así pasa la existencia de quienes jugamos con las letras.
No pude eludir preguntarle por vos.
Te ha visto en distintos lugares,
No has perdido un ápice de tu esencia original.
Te pudo encontrar temeroso en el universo o también en los lugares terrenales que hemos conocidos juntos.
Debo reconocer su promesa de madre.
No se ha llevado tu memoria.
Pese a ello no me alcanza ser cautiva de los recuerdos.
Esa situación ambigua no permite cumpla una de mis entelequias.
Darte un beso al que agrego un abrazo envolvente.
Necesito envíes tus señales.
Me desespera creer que estás totalmente solo cuando podríamos estar juntos.
Lo sabemos.
Tenemos las mismas sensaciones.
Ahora comprendo que fue una de tus señales arrojar cerca de donde está posado el libro, ese reloj que no detiene jamás su marcha.
¿Qué quiere ahora?
¿No le alcanzó con levarte a destinos por mí desconocidos?
¿Debo resignarme a tu ausencia?
Nunca.
Prefiero convertirme en un solado oriental de la guerra fría, donde los rusos no dudaban en desollarlos para, luego arrojarlos en un pozo lleno de hormigas y así encontrar el peor de los finales con tortura incluida.
Preciso cumplir una sola de mis utopías.
¿Pido demasiado?
¿Quién establece la prioridad de las solicitudes¿
¿No importa que una madre quiera darle un beso a su hijo fallecido?
¿Pueden asegurar la existencia de otras vidas?
Atentamente oiré cada uno de sus argumentos.
Deben ser sólidos, de lo contrario no se molesten en emitir sonido alguno.
Te amo.
Necesito encontrarte en el lugar que sea.
Mi amor es capaz de derribar obstáculos.
Tengo tu energía.
¡Basta ya con este juego macabro!
Por favor esperame.
Llegaré.
Nos uniremos en el abrazo eterno.
Por favor no olvides cuanto te quiere tu mamá.

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