Tuesday, December 10, 2019

SOLO POR VOS



Hola chiquito, te amo.
Nunca dejaré de saludarte conmocionada por las lágrimas que brotan sin que pueda hacer nada por detenerlas.
Jamás te lastimaría.
Ellas están allí.
Impotente no puedo alejarlas de la cuenca profunda de mis ojos que solo mantienen su humor vítreo para mantener intacta tus imágenes.
No es un reclamo pero aquí en este infierno que a gritos pide terminar sin querer olvidaste enseñarme ¿Cómo se hace para vivir tu ausencia?
Te cuento y habrás notado que desde ayer el clima es demasiado caluroso para esta época del año.
Preludio de estío ardiente, capaz de incinerar el razonamiento.
Imagino sabés a que hago referencia.
No es agradable pagar una entrada de cine para ver la misma película, vista no hace mucho tiempo.
De memoria, sé el argumento, el principio y el final.
Soy una mujer que juega con las letras por ello dejo que la justicia la impartan otros si se sienten capacitados para hacerlo.
El resto de mi pensamiento no lo escribiría así tuviera apuntándome en la sien, el arma más poderosa.
Nadie podrá silenciarme.
Soy dueña legítima de mis palabras, también de mis silencios.
Buscando lugares donde no sea necesaria la refrigeración artificial, ayer cuando caía la tarde me dirigí hacia uno de los aeropuertos.
Como bien pensás es el de una zona suburbana.
Para despegar los pájaros de acero que robaron su tono a un destello de la luna, despegan surcando el cauce de un caudaloso río.
Selene suspendida sobre los edificios mira a esa aeronave cuyas turbinas ensordecen.
Es testigo de un vuelo especial.
Transporta cientos de historias hacia un sitio que solo conocen los pasajeros y sus seres queridos fallecidos en algún momento.
Transformaron sus vidas en un infierno.
No dudo que igual a quien escribe trataron de salir del fondo del inframundo.
No es posible.
Los recuerdos taladran el alma dejando tatuajes eternos.
Por un momento, abstraída en mis pensamientos, poco me importaba el lugar de destino.
Vuelo hacia donde quiero sin tener alas con la esperanza de encontrarte para darte un beso.
No te voy a entregar dinero de dudosa procedencia.
Nada material.
Solo uno de los tantos besos que no deseo, mueran en mi mochila sin haberlos depositado en tu mejilla.
El avión es de última generación.
La tripulación una maravilla.
No salía de mi asombro cuando las azafatas me ofrecieron una butaca en clase ejecutiva.
La rechacé.
No había pagado esa distinción y lejos estaba de convertirme en dueña de algo que no me correspondía.
Sonrientes las bellas muchachas insistieron.
No debía erogar ningún dinero.
Me pidieron lo tomara como un reconocimiento de la aerolínea.
Lo único que prevalecía es el carácter del vuelo.
Cada pasajero tenía su propia historia.
Nos identificaba un sabor tan añejo como acre.
Todos y cada uno habíamos perdido un ser querido.
Me sobraban los dedos de una mano para señalar a quienes habían atravesado como yo, la peor de las circunstancias.
El intelecto todo lo puede.
En un instante me convertí en hada, caminando por un bosque austral.
Te encontraría nadando en las aguas de un lago.
En ambas veras había flores multicolores.
¿Por qué no me miraste cuando te deslizabas como un delfín por la líquida superficie azul?
¿Tenías vida?
¿Se trató de una alucinación o fue una visión espectral?
Duele el alma cuando de ese estado ecléctico se pasa a ser terrenal.
Los habitantes del bosque, duendes, gnomos y pájaros no entendían mis lágrimas con sabor a derrota.
Por un instante vestí el atuendo de una mujer menesterosa.
Esa mujer de rostro blanco reía como si hubiera perdido la razón.
Aferrada a tu recuerdo, decidí no entregarme.
Asombrada era una fémina gigante atravesando el bosque.
Podía tocar con mis manos el nido de los pájaros en lo alto de los árboles.
Las ardillas eran pequeñitas.
Formaban una banda musical para llevar música a tu cielo.
¿Podría tocarlo estirando los brazos?
No.
No era suficiente.
Pese a mis intentos mis manos se perdían en el universo.
¿Quién recibiría cada una de las caricias que te pertenecen?
Trataba de no pisar el manto colorido de flores silvestres.
Te imploré ayuda.
Necesitaba regresar a la cabina de los pasajeros, quería llegar al cielo que era nuestro destino.
¿Arribaríamos?
La esperanza me sostuvo hasta que aparecieron surcando el firmamento saetas de color violeta.
Pronto los alaridos de los ratos dañarían el Fuselaje.
Nada me importa después de tu partida.
¿Existe un golpe peor en la vida?
Seres alados dotaron mi cuerpo de un paracaídas.
No quería llegar a la tierra sino perderme en esa maraña oscura donde orbitan los planetas y se supone yacen los muertos.
Nada tengo que hacer en suelo terreno.
¿Para que insisten?
¿Es tan dificultoso comprender que nuestros destinos deben estar juntos?
¿A qué se debe tanto castigo?
¿No consideran que después de transcurridos más de cuatro años merezco, alguna explicación?
Quiero conocer el cielo si existe.
Seguir buscando a mi hijo querido para abrazarlo.
Me enseñó a ser paciente.
Jamás me verán vencida o derrotada.
Hijo te sigo buscando.
Mientras lo hago no olvides cuanto te quiere tu mamá,

https://www.youtube.com/watch?v=KsusvpeRYPY


https://www.youtube.com/watch?v=uTlPPqPodiA

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