Tuesday, December 17, 2019

HITOS EN EL CAMINO



Buenos días mi cielo adorado.
He llegado a una etapa de la vida en la que no puedo reconocerme.
No soy ésta deambulando historias cargadas de utopías.
Tampoco puedo identificarme con aquellas que conocen su derrotero.
Estoy a la deriva, en un mundo triste.
Aquí las dudas le quitaron espacio a las ilusiones.
No es salubre debatirse entre dilemas que a diario en lugar de resolverse, se suman, formando una cadena capaz de oprimir los últimos jirones del alma.
¿Qué hago aquí tratando de reencontrar el camino perdido vaya a saber en que punto de los recuerdos.
Ningunos de mis días se parecen entre sí.
Hoy, como tantas otras veces la recordé a ella.
Muchas veces como una autómata tomo el teléfono para llamarla.
Desde donde está no puede contestarme.
No quedan demasiadas alternativas.Coloco, el móvil en su soporte.
¿Por qué la siniestra muerte los deja mudo?
¿No sabe de la necesidad que tengo de comunicarme?
Quiero que me hable de los logros de sus hijos aún cuando los conozca.
¿Cómo se hace para revertir la atrocidad del silencio.
Estoy harta que me digan no se puede.
¿Cuándo voy a poder supuestos dueños del mundo?
¿Les produce gozo la soledad ajena?
Seguramente están enfermos de odios.
Buscan revancha.
¿A qué?
No recuero haberlos violentado.
Nunca lo hago con entes desconocidos.
No es tan dificultoso comprender deseo escuchar la voz casi apagada de ella, y la mía pidiendo que hablara un poco más fuerte.
Perdón por ser tan estúpida.
Me revelaba a la partida de tu vida.
Esto cansada de contar ausencias.
Es cierto.
No he pasado por el lugar donde descansan tus cenizas.
Mi hijo al que quisiste tanto está en iguales condiciones en otro espacio.
De sobra conocés no me gusta ir a los cementerios, un comercio donde no se respeta a los muertos.
Experiencia que vivimos juntas hace un par de años.
Tampoco visito la cruz mayor donde se supone está la urna con las cenizas de mi hijo.
Entre tanta, desprolijidad, puedo pensar sin ser arbitraria que las mismas pertenecen a otro ser.
De lo contrario para esos casos puntuales no debería haber tanto oscurantismo.
¿Creer en los sacerdotes?
Considerando las excepciones que se dan en todos los ámbitos, no puedo.
Algunos son verdaderos pastores.
Otros mercaderes de la muerte.
No me lo contó nadie.
El cura que hoy vocifera contra medidas políticas parece que olvidó cobraba por las bendiciones antes de la muerte.
En tu caso no la recibiste.
Nunca hubiera permitido que un hombre con atuendo diferente, portando sus propias miserias osara despedirte.
Detrás de las máscaras de seres bondadosos como misericordiosos se esconden las peores alimañas.
Cobrar por una extremaución, los debería llevar presos a cárceles comunes por el resto de sus vidas.
No son elegidos para ser juzgados con su propio derecho “Canónico”.
¿Por qué la diferencia si los delitos corresponden a los terrenales?
A lo largo de la historia, sobre todo la reciente, han demostrado ser salvajes capaces de abusar de niños.
Reitero no son todos.
Lamento que quien debería elevar sus delitos mire para otro lado.
No es el momento de dar clases de política ni comportamiento humano.
Hoy hace un año y medio que ella abandonó la tierra.
¿Has podido verla?
¿Han tenido la oportunidad de conversar como antes?
¿Conocen del caudal de mi cariño sincero?
¿Pueden recorrer las hojas del libro que compila mi alma?
Algunas están dañadas por el dolor infinito.
Pese a ello son legibles.
¿Cuándo me van a ayudar para ir a verlos y quedarme con Ustedes?
Nada me ata a suelo terreno.
Estoy cansada.
Todos los día son demasiado iguales.
Tediosos.
Atravesados por el dolor más profundo al que se agregaron otros.
¿Para qué siguen reteniéndome?
Mi mayor anhelo es reencontrarte para poder darte un beso demorado.
Hablar con ella.
Discurrir sobre los momentos de la vida terrena que pudimos haber perdido.
Ese tiempo no se recupera.
¿Por qué pasó?
Descreo de los designios del destino.
Palabras huecas que no llegan a conformar a quien está jugada.
Nada más puedo perder en el reparto de los dones de la vida.
No me dejan ser yo misma.
No es mi deseo permanecer más tiempo en suelo terreno.
¿Para qué?
¿Quieren conocer el sabor de las lágrimas derramadas por mi hijo muerto?
Son ácidas.
Queman las córneas.
Flamígeras expresan, e de nada vale llorar.
Los muertos no reviven ni lo harán nunca.
¿Para qué toda esta puesta en escena?
¿No existen caminos alternativos?
¿Son masoquistas?
¿Cómo calificar la ausencia de dignidad de los otros?
¿Quiénes son?
Tesoro de mi vida, entre mil dilemas continúan los debates internos.
¿Para qué sirven?
Carezco de respuestas.
Entre gotas de cristal, semejantes a las lágrimas derramadas a diario, solo me resta pedirte, nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.

https://www.youtube.com/watch?v=T6KNJ3KpM0M&t=73s

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