Monday, May 04, 2020

CODICIADO UNIVERSO



Buenos días alma.
Imposible conciliar el sueño cuando se avecinan los gritos desgarradores, de los truenos.
Siempre lograron inquietarme esos alaridos preludios de tormentas.
Cuando estabas en suelo terrenal, no les temía, bastaba saber estabas en casa.
Ello producía la tranquilidad que no tengo.
Es dificultoso el desamparo en una noche de tormenta.
El alivio llegaría en pocos minutos.
Manos imaginarias corrieron las nubes, dando aparición al cielo estrellado límpido.
Semejante a los que mirábamos en la altura de la montaña.
Sin polución producida por el hombre.
El aislamiento por el virus produjo silencios inesperados.
Ello propició que ciertas especies retomen el espacio que los terrenales le habían usurpado.
Ante el ruido, prefirieron huir.
En muchas playas de la costa argentina se ha fotografiado a lobos marinos ocupando la arena que les pertenece.
Más cerca de mi refugio en la localidad de Tigre donde comienza el Delta del Paraná, se han divisado pájaros que se creían perdidos.
Incluso un bambi estuvo deslizando su graciosa figura, entre la arboleda de las casas de fin de semana.
Hasta el curso de las aguas se muestra más claro.
Efectos de la pandemia y el aislamiento que impiden al terreno seguir azotando a la naturaleza.
Anoche para admirar ese espectáculo del universo, decidí sentarme en el dintel de la puerta del cuarto de herramientas.
Desde allí la vista era majestuosa.
Las estrellas iluminaban como nunca el cielo.
Intentaban ocultar la luna lejana.
¿Así como ella estás vos?
¿Cómo se medirá la distancia que nos separa físicamente?
¿Cuándo vendrás a mis sueños para contarme si es verdad los muertos habitan el cielo?
¿Cómo hacen para caminar?
¿Están suspendidos en el aire tal cual las estrellas?
¿De todas las que anoche pude observar, en cuál te ubicás vos?
¿Permiten cambiarse de lugar?
¿Cómo se ordena a los seres que perdieron la vida terrenal?
¿Has visto estrellas fugaces?
¿Qué sentimiento suele aparecer al notar bajan rápidamente sin destino cierto?
Quienes quedamos en el inframundo conocemos la vida.
¿Cómo es la muerte?
¿Por qué nadie se atreve a mencionarla?
¿Cuáles son los temores de los seres yacientes?
¿Quién se ocupa de resguardar los recuerdos de cada uno?
¿Podrás reconocerme el día que me dejen viajar?
Es una pregunta que muchas veces lacera mis sentidos.
Cuando pienso en la empatía existente entre nosotros, los temores se van.
Solo queda una dosis pequeña de inquietud y una enorme de ansiedad.
Subleva, nadie tenga una respuesta.
En un momento el cansancio me venció.
Ingresé en la más absoluta oscuridad.
Presumo que ello ocurre al bajar los párpados.
No estaba del todo dormida o estaría en la primera etapa del sueño.
La vigilia permite escuchar los sonidos de la propia respiración.
Puedo recordar el susurro de tu voz diciendo “Madre no te lastimes con preguntas que has comprobado nadie te ha respondido.
Es posible que nada te digan pues saben que no aceptás, argumentos que no sean contundentes.
Me duele tu tristeza.
Nada puedo hacer para mitigarla.
No sé por que no aparezco en tus sueños de la manera y frecuencia que desearías.
Siempre estoy pendiente de vos aún cuando no me veas.
Mamá, también extraño tus besos y caricias.
No creas ha sido fácil entrar a un mundo desconocido que aún no he descubierto en su totalidad.
No llores mami.
Tus lágrimas son dagas atravesando mi propia esencia.
¿Te has preguntado si tiene sentido sigas sufriendo?
Quizás alcance con los recuerdos.
Mamá querida, lejos estoy de querer cambiar tu manera de pensar.
Siempre has sido una guerrera.
Has perdido la dimensión de tus propias fuerzas.
Observo cumplís cada uno de tus objetivos.
Siento la misma satisfacción que vos.
Comprendo que para una madre es un dolor indescriptible perder a un hijo.
Mamá, en ese juego macabro te perdí a vos.
Intentemos compensar el sufrimiento.
No creas me gusta estar solo.
Extraño tus expresiones de cariño.
Muchas veces me asomo a la puerta de tus sueños.
Estás profundamente dormida y no recordás que te acaricié la cabeza como siempre.
Trato de cuidarte de la única manera que aprendí por estos lugares, recordándote como la mejor mamá que pude tener.
No entiendo por qué no querés viajar a sitios que visitamos juntos.
No tenés que sentirte cautiva.
No preguntes cuando llegarás a mi lado, de verdad no lo sé.
Me gustaría complacerte, contestando cada una de tus preguntas.
Mami no tengo las respuestas.
No te mortifiques.
No digas que nunca aceptarás mi partida.
Por más que lo desee no puedo regresar a la tierra.
Me gustaría abrazar a mis hermanos de la vida.
Me pone feliz te cuenten anécdotas que ocurren entre los amigos y disfruto que a vos te agraden.
No voy a pedirte no llores.
Solo intentá no hacerlo.
La vida es un cambio constante.
Aceptá mamá, en esa realidad no hay lugar para mí.
Debo partir.
Desde donde estoy te miro.
Mami nunca olvidaré cuanto me querés.”
No quiero despertar mi hijo está aquí a mi lado.
Como siempre me ha dado reflexiones para seguir en este mundo hostil.
Creo que me conoce más que yo.
La simbiosis es total.
No me gusta despertar después de un sueño tan perfecto.
No puedo prometerte que viajaré.
No lo siento así.
Así como estoy trataré de seguir.
¿Qué más puedo pedirle a los sueños?
Nada, cando ellos transcurren en absoluta paz y armonía
Espero mis utopías se conviertan en realidad tangible.
Hijo de mi existencia, te amo de una manera indescriptible.
Solo te voy a pedir como siempre, nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.

https://www.youtube.com/watch?v=kWI0NOOcVZM



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