TEMIBLE OSCURIDAD

Buenos días alma mía.
Sigo cumpliendo con el aislamiento.
Ayer a ciertos personajes de nuestro país se les ocurrió hacer marchas en la ciudad para que levanten el aislamiento.
Seguramente eran seres de otro planeta, muy parecidos a los terrenales que gritaban el virus era una mentira.
No tiene sentido hacer más comentarios.
Del ridículo no se regresa.
En mi caso sigo dosificando las noticias para que no perturben el intelecto.
Ello no quiere decir esté desconectada de la realidad.
Suelo pasar por ese estadío cuando deseo transportarme con la imaginación a cualquier parte.
A veces disfruto el paseo.
Otras lo sufro como si estuviera sucediendo en el ahora.
Las imágenes recreadas por mi mente son tan cercanas a la existencia que suelen provocar idénticas sensaciones.
Estaba en una casa por nosotros conocidas en las cercanías de las sierras de una provincia de nuestro país.
La persiana de la habitación que ocupaba estaba levantada pues esperaba visualizarte en algún momento en el corazón de la luna.
Es una zona donde a cualquier hora del día o de la noche suele cortarse la energía eléctrica.
Seguramente hemos regresado a la época de falta de mantenimiento de las redes eléctricas.
Como dice tu abuelo materno quien está detenido, no avanza, retrocede.
No voy a entrar en debates políticos pues estos días los recuerdos se multiplican hasta producir dolores agudos en el alma destrozada por tu partida.
La ventana permanecía cerrada.
Podía ver en la temible oscuridad la luna con su cara redonda y plateada iluminándome.
Ella sabe que te busco a cualquier jora del día.
De noche se ha transformado en una compañera sin la que mis noches serían aún más tristes y agobiantes.
Ella conoce mi necesidad de darte un beso.
No soporto más esta vida a la que se suma tu ausencia.
Estoy despierta.
Las montañas recortadas ahora se ven como torres de iglesia, rozando con sus cruces el cielo oscuro.
Puedo escuchar los sonidos del silencio.
No duda en acosarme para gritarme estoy sola.
Una sensación horrible cuando es producida por la muerte del ser que más se ama en la vida.
La sombra de los árboles da un aspecto fantasmal a esa noche solitaria.
Siento voces desconocidas fuera de la casa-
Dirigiré mis pasos hacia la puerta de entrada.
Si estuvieras aquí dirías ¿Ma por qué no utilizás la linterna?
No hace falta tesoro, el reflejo de la luna es suficiente.
Además no quisiera ser vista por esos intrusos que pasean en la noche.
Puedo reconocer las voces de aquellos.
Son Tánatos en compañía
de, la Muerte.
El corazón cabalga en mi pecho.
Vienen por mí.
No hay nadie más en la casa.
Por fin podré verte.
Se concretará la utopía de fundirnos en un abrazo que dure para siempre.
Nadie podrá separarnos.
Estaremos juntos para toda la eternidad.
Ahora le encuentro sentido a esa palabra tan inmensa como su propia esencia.
¿Por qué siguen discutiendo?
Deberían abreviar el trámite.
¿Han olvidado hace casi cinco años estoy esperando?
¿Para qué discurrir tanto?
Las voces se oyen claras como si no existiera la puerta que nos separa.
“Dice la Muerte, llevémosla, ahora.
Tengamos en cuenta está desesperada por ver a su hijo.
Nada la retiene en suelo terreno.
Carece sentido más espera.”
Tánatos, acostumbrado, a estar en las sombras, gozando del sufrimiento ajeno, contesta con un lapidario “No no es tiempo.
¿Has visto la manera loca para querer a su hij?
Pocos padres son tan demostrativos.
Ellos parecían gemelos de pensamiento.
Mis progenitores fueron personas que no me tenían en cuenta, por ello la dejaré viva en la tierra.
Solo por envidia del amor que se tienen.”
Muerte manifiesta su desacuerdo.
“Tánatos no tienes que vengarte en la persona de una madre que sufre por no ver a su hijo.
Estoy segura vino a esta casa a esperarme.
Voy a desobedecerte y cumplir el deseo de esta señora”
Un grito congeló mi sangre.
Pude ver el golpe que ese ser oscuro le dio a Muerte quien quedó inconciente.
No dudó en
arrastrarla consigo perdiéndose en las tinieblas de la noche.
Otra vez el absurdo poderío de un ser tenebroso pone distancia entre nosotros.
Sabe nunca tomaré atajos para estar con vos.
Nunca, jamás vulneraría tu memoria.
Al amanecer regresaré a mi refugio.
En esta casa donde ahora la luna se ocultó detrás de negros celajes, camino a tientas.
Puedo llegar a comprender la sordidez de un ser maníaco.
Te pido me ayudes a concretar ese viaje, sin la intervención de estos entes nefastos.
No se puede pedir cordura a quienes atacan a los desprevenidos.
Ambos conocen el martirio que sufro al no tenerte.
Mis esperanzas no están marchitas como los pensamientos lúgubres de Tánatos.
Ella tampoco es una entidad para alabar.
Si hubiera querido me llevaba.
No era esa la intención,
Tal vez solo tuvieron el deseo de perturbarme.
No creo que quien se deja manipular, tenga sola, la capacidad de elegir su presa.
Lo hace solo si ese ser encorvado la deja.
Nunca estaré de acuerdo con la sumisión de nadie.
No le temo.
Aquí estoy.
Saben donde pueden encontrarme.
Tesoro de mi alma, una vez más se frustra nuestro encuentro.
Mientras espero el momento más ansiado te pido como siempre, nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.

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