BRUMA MISTERIOSA

Buenos días amor divino.
Primera mañana con baja temperatura.
Si estuvieras en suelo terreno estaría detrás de ti pidiéndote te abrigaras.
Una actitud épica cuyo resultado no sería el esperado.
¿En el enclave donde estás o creo suponer ocupás algún sitio existen los cambios de temperatura?
Ayer a media tarde despegó una nave espacial tripulada con destino a la estación aeroespacial de la NASA donde un astronauta en soledad espera ser reemplazo.
Se trató de un proyecto privado de parte de un excéntrico poderoso.
En menos de un día llegará a destino.
¿Qué imágenes observarán desde lo alto?
Estos episodios producen una revolución en los pensamientos.
Mi transporte para no vulnerar el aislamiento sanitario continúa siendo la imaginación.
Con ella puedo viajar a cualquier parte, en los horarios que elija.
Casi siempre utilizo las horas nocturnas cuando intento conciliar el sueño, rogando aparezcas en ellos.
Todos conocen mi ilusión de depositar en tu mejilla, muchos besos dormidos que despertarán ante el contacto de tu piel.
Pese a los momentos transcurridos no puedo pensarte como un puñado de cenizas.
Mi mente te recrea entero.
Es difícil asumir ciertas decisiones.
No estés triste.
Siempre he respetado tus pedidos y lo más importante he cumplido con ellos para no sentir la carga opresora de algo que no quise hacer.
El dolor es profundo, sin embargo pude tenerte durante treinta y nueve días conmigo en un lugar de la vieja casa.
Si por mí hubiera sido te hubiese seguido teniendo.
Tu prima con una paciencia de Buda me convenció que ese no era el lugar para que tu alma comenzara a elevarse.
¿En qué lugar del universo te habrás detenido eligiendo tu morada?
Anoche mientras esperaba Morfeo me atrapara en sus brazos, mis musas me llevaron a un lugar desconocido.
Sobre las ramas desnudas de un árbol, un pájaro de plumaje negro parecía querer decir que allí estaba su nido para abrigar a sus crías.
No dudo que alguien con muy mal gusto lo haya destruido.
¿Por qué pienso de ese modo?
Un par de especies más jóvenes revoloteaba cerca de las ramas.
Por efecto del frío, la cara redonda de la luna por momentos era rapada por la espesura de una bruma misteriosa.
El paisaje aportaba visiones fantasmagóricas.
No se podía ver en el cielo tan negro como el plumaje de las aves, el titilar constante de estrellas y constelaciones.
Solo por instantes parecía querer disiparse esa neblina,
Cuando asomaba entre las sombras el rostro de Selene intentaba, sin éxito, visualizarte.
Tengo necesidad de vos.
Escuchar tu voz llamándome.
Nunca habrá en mi mente espacio para la última fase del duelo.
Aceptación.
Seguramente los neurocientíficos que así definieron la última parte, nunca sufrieron la tragedia de perder un hijo.
¿A qué mente afiebrada se le ocurrió que una mamá, sea cual fuere puede aceptar que su hijo está muerto?
Solo quien desvaría puede realizar ese tipo de afirmaciones.
Un hijo es la concreción que lleva a una mujer sentirse plena.
¿Cómo se pretende comience el olvido?
Mientras tenga un halito de vida reclamaré por la muerte de mi descendiente.
Tampoco puedo dar crédito a los especialistas en parlamentar que afirman nos reencontraremos en otras vidas.
¿Cómo puede afirmar aquello que no se ha experimentado?
¿Acaso del Cosmos descendió algún ser sin vida con semejante relato?
¿Por qué no cuentan más detalles?
No los tienen.
No es de mi agrado subestimen mi intelecto.
Si a otros les sirven esas teorías para atravesar la pérdida de un ser querido, no los juzgo.
Personalmente si no existen argumentos sustentables y comprobables tengo derecho a dudar de las afirmaciones.
No me asustan las medallas por ustedes recibida reconociendo su virtuosismo.
Soy una humana que para creer debe ver.
Es tan simple y transparente como el agua.
Es mi pensamiento y a esta altura de las circunstancias, solo podría ser modificado si me acercaran certezas silenciosas.
A veces no se es consecuente con el discurso.
He comprobado se pregona como si quien lo hace fuera un elegido y con los actos demuestran absolutamente lo contrario.
Como se lee en un viejo dicho “Ver para creer”.
Quedé, pensando en la desprotección del pájaro apoyado en esa rama.
Estaba desprotegido en una noche fría donde la luna llena lo acompañaba.
Pensé en la soledad.
Inmediatamente la asocié con la que intuyo estás pasando.
Con voz queda pronuncié ¡Que solos están los muertos!
No llevo la cuenta.
Infinidad de veces me ofrecí a estar a tu lado.
Nunca nadie me dijo por qué sistemáticamente mi presencia es rechazada.
No molestará a nadie.
Ni siquiera me dedicaría a las letras.
¿Para qué?
No sería necesario al estar juntos.
Tengo demasiados temas para desarrollar con mi hijo querido.
No sierre usaríamos el don de la palabra.
En suelo terreno era habitual, conversáramos con la mirada.
Jabí apaisas y silencios como en toda conversación.
Solo nosotros entendíamos ese lenguaje consumando la simbiosis del pensamiento mutuo.
De todo ello he sido privada.
No sé que delito estoy purgando para haber recibido semejante condena.
Ninguno se atreve a colocar blanco sobre negro.
Desde hace casi cinco años mis interrogantes son los mismos que el primer día.
¿Por qué me arrebataron la vida de mi hijo?
¿Tanta luminiscencia precisaban para dar luz a sus propias oscuridades?
Sé tienen la respuesta a tantos dilemas.
He sido elegida para que ejerciten la morbosidad ante el dolor perpetuo.
Los entes sin sentimientos como Ustedes no atienden reclamos.
Mi cielo, te extraño.
Es difícil vivir solo de recuerdos.
Acuno cada uno de ellos.
Todos de belleza entrañable.
¡No estás!
¿Para que seguir en suelo hostil?
Te amo, el cariño se renueva y aumenta cada segundo de esta realidad sin sustento.
Hijito, nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.

https://www.youtube.com/watch?v=h3z3kRHbcZ0