Wednesday, May 20, 2020

TAN CERCA, TAN LEJOS



Buenos días mi amor divino.
Comenzamos el día sesenta y uno del aislamiento sanitario obligatorio.
El fin de semana pasado la situación se desmadró.
Ello llevará alas autoridades a regresar ala fase anterior.
La única modificación introducida fue para incorporar la recreación de los niños durante una hora, acompañados por uno de sus padres, solo para caminar.
Parece que no entendieron el mensaje, bicicletas, skate y pelitas de fútbol fueron las protagonistas, causando el horror de quienes hacemos esfuerzos para salir solo para situaciones esenciales.
En las localidades del interior de la provincia de Buenos Aires ni faltaron los asados en quintas de fin de semana, donde circulaban impiadosas las ruedas de mate compartido.
¿Qué parte no comprendieron para jugar con la salud los otros?
El virus comenzó a circular rabioso.
Se notó en las cifras del total país.
Hay distritos que apoyados por pseudos dioses ocultan la verdad.
¡Esto recién comiza!
Reina la irracionalidad y disparate d quienes en nombre de la pandemia, hacen lo que quieren con impunidad e irresponsabilidad.
El cóctel es mortal.
Espero que la justicia divina, aletargada por la que debe llevar a cada ciudadano la de los hombres, los juzgue con imparcialidad,
Con los ojos vendados tal cual la representación de la justicia de los hombres para que no se vean tentados por enorme cantidad de billetes extranjeros y cuentas en paraísos fiscales, impedimento fundamental para ser juez.
Siempre estoy en la búsqueda de imágenes compartidas.
En todas y cada una esta tu impronta.
No le temías a nada.
Tu compañera de aventuras era yo.
Estando en el sur de nuestro país se te ocurrió ascender al Cerro Catedral.
Tus ganas intactas, las mías dispuestas a derrotar el vértigo.
Con una sonrisa fingida de mujer tranquila ascendimos al transporte aéreo que circulaba sostenido por tensores de acero.
Los ocupantes de cada cubículo eran ocho.
Reías feliz.
Todos advirtieron mi miedo de primeriza que detesta como nada las alturas.
Evitaba mirar hacia abajo.
A medida que ascendíamos me pedías divertido tomara fotos.
No sabía como me llamaba a causa del terror.
No exagero, para una persona que sufre de vértigo ascender más de dos mil metros de altura es una travesía.
Te pasé la maquina profesional para que tomaras las fotos que quisieras, haciendo la salvedad que no me fotografiaras a mi con mi cara de espanto.
Desayunamos chocolate con exquisiteces de la zona.
Rogaba a todos los santos, en ese entonces creía en ellos, no preguntaras que había más allá.
El guía nos hablo del cerro Lynch.
El doble de altura que el Catedral.
No alcanzó mi mirada de odio para que se callara.
Lógicamente quisiste conocer el lugar.
Debimos caminar entre la nueve ascendiendo hasta la estación de la aerosilla.
Fuertemente asías mi mano en medio del paisaje blanco en pleno mes de febrero.
No podía huir.
A la vera del camino nevado, los precipicios parecían no tener fin.
Nunca te vi tan feliz?
Acaso adivinabas que algún día estarías tan cerca del cielo azul o integrando parte de él.
Pese al frío mi nuca parecía haberse convertido en un río de agua.
Ascendimos a otra aerosilla, más desprotegida pese a que la altura era el doble del Cerro Catedral.
Reís feliz en medio de la
Aventura.
Deseaba esa pesadilla terminara.
Mientras descendíamos solo pensaba ¿Qué podía suceder si el sistema fallaba?
No pronunciaba palabra, solo quería llegar a suelo firme.
Nunca estuvimos tan cerca del cielo en el que se supone estás.
¿Por qué no puedo estar allí para darte un beso?.
Comprendo que ningún paisaje nos acercará.
Mi familia choquita para traerme un pocote tranquilidad me dice que no aparecés en mis sueños porque estás cerca de los seres queridos que has visto partir.
No creo sea así.
Los muertos no tienen la posibilidad de regresar a la tierra para reunirse con sus seres queridos.
¿Están cerca o tan lejos que ni siquiera puedo soñarte?
Te necesito como el caminante del desierto que busca un oasis para saciar su sed.
No estoy en esos parajes, vivo en la sociedad de los poetas que ya no están.
¿Por qué no me dejan integrar ese lugar?
¿No ha advertido estoy perdiendo mi tiempo aquí entre los mortales?
¡Basta de subterfugios!
Solo deseo dar un beso a mi hijo muerto.
No me importa ninguna otra realidad.
Quiero cristalizar mi utopía.
Tenerte cerca para abrazarte sin importarme demasiado lo demás.
Volver a recrear el ayer.
No tengo futuro sin vos.
No me interesa.
Una madre desamparada quiere volver a besar a su hijo.
Lo demás no existe.
Tesoro de mis entrañas, te amo mas que nuca, por ello te pido nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.


https://www.youtube.com/watch?v=pBL0JfnuW6Y

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