Buenos días mi tesoro, hoy se cumplen exactamente sesenta días de aislamiento sanitario obligatorio,
Es muy probable que retrocedamos en el contenido.
No hay culpables, solo ciudadanos a los que poco les importa tanto la vida propia como la de sus semejantes.
Horrorizada miraba por televisión a una pareja muy joven con su bebé en brazos.
Entiendo que un hijo es un orgullo.
No tiene sentido exponer a un ser tan frágil.
El niño en cuestión llegó a la vida en plena cuarenta.
No había cumplido dos meses por lo tanto hago alusión a un bebé vulnerable que ni siquiera está protegido por las vacunas para enfermedades corrientes en la infancia.
No tengo potestad para juzgar a nadie.
Tampoco es mi estilo.
Solo comparo la vida naciente con dificultades irremediables.
Anoche mientras escuchaba aun reconocido filósofo de nuestro país, de alguna parte que no puedo identificar se escuchaba el llanto de un piano.
Por un instante pensé que a continuación oiría tu voz melodiosa entonando un tango acompañado en el instrumento magnifico, por tu hermano de la vida.
Mientras el con maestría acariciaba las teclas bicolores tu voz de barítono podía escucharse.
De ello me enteré después de tu partida sin sentido.
Hoy sobre las teclas del piano comenzaron a caer las hojas de otoño.
Ocres y rojizos, asemejando heridas abiertas por un dolor indescriptible.
No estoy pendiente de los noticieros,
Es para enfermar a cualquiera la repetición de notas referentes a este momento que nadie pensó vivir y es aprovechado por ciertos personajes del poder para arrojarse con muertos.
¿Acaso saben el impacto que causa en una persona la desaparición de un ser querido?
¿Por qué abren los paraguas antes que llueva para responsabilizar a terceros de las obras que ustedes olvidaron hacer?
La ingratitud, el agravio no suma votos.
Al contrario los aleja de quienes tienen por costumbre evaluar ciertas situaciones.
Debe ser atractivo ostentar el poder sin hacerse cargo de nada.
Ni siquiera de los propios olvidos o las palabras enmascaradas pronunciadas hace pocos meses, aún cuando parezca son añejas en el tiempo.
Si tuvieran la valentía de mirarse en un espejo sentirían vergüenza ajena.
He cambiado canales de noticias por radio donde encuentro programas capaces de acariciar el alma.
No recordaba que Voltaire en algún momento de su existencia había dicho “Piensa como yo, o muere”
Fuerte el nivel de fanatismo que pese a pertenecer al siglo XVIII se repite en el nuestro.
Nadie puede obligarte a pensar como el otro.
Sos una persona única e irrepetible.
Prefiero la lectura que hacía el filósofo, Blas Pascal quien prefería pensar el la inmortalidad y en dios para seguir viviendo allá en el infinito que nadie conoce.
Es como perpetuar la vida más allá de la muerte.
¿Si tuviera razón podría pensar en un próximo reencuentro?
¿A quien pedirle me ayude a pensar sin mezquindades?
¿Cómo hacer para rescatar las viejas creencias?
Mientras me interrogo a mi misma el piano sigue sonado.
El sonido de sus teclas blancas u negras, conmueve.
¿Por quién llorarán esos sones?
¿Serán tan virtuosos como para atravesar el universo?
¿Estás allí?
¿Por qué no puedo verte para darte un beso?
¿Cuál es el motivo para que hayas desaparecido de mis sueños?
¿No alcanza para invocar tu presencia sostenga tu documento vencido?
¿Tiene vencimiento la vida, es cierto?
¿Cómo se denomina el de la muerte?
¿Existe alguna instancia por mi desconocida en la que pueda concretar mis deseos?
¿Visualizaré tu figura o solo un puñado de cenizas como eligieras?
¿Cuál es la manera de morigerar los padecimientos del alma?
¿Podrías recibirla si la envío con todo mi amor?
No la preciso.
A esta altura de las circunstancias, no tengo experiencias nuevas para vivir.
Tampoco estoy en búsqueda de ellas.
Solo quiero verte sin la interposición de barreras.
¿Estás dispuesto para ese glorioso momento?
Es la utopía que aún no cristaliza.
¿Cuánto tiempo necesitará para convertirse en breva madura?
¿A quien le puedo contar de mi necesidad de ingerirla para seguir en esta vida carente de sentido?
¿Qué otro capricho del destino me espera?
¿Habrá comprendido mi lugar no es éste?
¿Qué esperan para romper los eslabones de la pesada cadena que me mantiene cautiva?
Nada me importa ángel de mi vida.
Quiero estar con vos para siempre.
¿Existe la infinitud de ese siempre?
¿Dónde?
¿Cuando te veré en mis sueños?
¿Has visto a los seres queridos que te antecedieron en el camino?
¿De ellos recibís caricias?
¿Se preguntan por qué están muertos en un hábitat que imagino oscuro?
¿Cómo hacer para cambiar el rumbo de mis pensamientos?
¿Por qué me hostigan diciendo es hora de olvidarte o resignarme?
¿Quiénes esgrimen tanta liviandad e impunidad en su discurso, perdieron a un hijo?
¿Cómo sigo cuando no deseo hacerlo?
Moles de preguntas que ningún filósofo puede contestar.
Mi camino es árido.
Solitario.
Duele el silencio.
Preciso la sonoridad de tus carcajadas
¿Dónde estás?
¿En cual estrella o constelación podría verte?
Te amo más que a nadie en todas las vidas.
Nunca dudaré expedirte no olvides cuanto te quiere tu mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=J6r8Od0fsik
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