Buenos días luz de mi realidad sombría.
Sigo respetando el aislamiento obligatorio por ello la imaginación es la única que está
autorizada, a salir.
Conocedora de esta pesadumbre asociada a tu ausencia y a que dentro de poco más de tres meses se cumplirán cinco años de tu partida, me lleva por caminos que alegremente recorrimos los dos.
Como bien conocés los hechos que ocurren a diario lastiman a los humanos que tenemos sentimientos.
El parte brindado por las autoridades está enseñando que vamos caminando a paso lento a las puertas del horror de una enfermedad inesperada como son todas, pero en este caso pareciera querer exterminar a todos los terrenales.
¿Aprenderemos el mensaje que deja la inexorable pérdida de vidas?
¿Confiaremos en quienes caminan a nuestro lado?
¿Aún cuando del otro no se reciba nada, seremos capaces de protegernos y así hacerlo extensivo a los demás?
Tengo más dudas que certidumbre.
Como te contaba para abstraerme de esos espacios sombríos, la imaginación en un acto de solidaridad invalorable, me lleva a revivir episodios del ayer que hoy está más lejano.
De a poco quiere que asimile será difícil vuelva a darte un beso..
No saber donde estás es desesperante.
Con el propósito de mitigar la angustia, mi imaginación tiene la virtud de llevarme aplazado.
Otras mañanas con otros soles nos iluminaban a los dos.
Decidimos aprovechar esas mañanas luminosas para pasar un fin de semana lejos de la ciudad.
Un día en un sitio sonado donde se alquilan cabañas para cultivar el dulce placer de liberar la mente y no hacer nada en especial,
Solo disfrutar.
Lamentablemente no se puede desandar el camino para reconstruir el ayer.
Veleidades del destino que al principio otorga días venturosos, para luego con un movimiento preciso, golpearte con la inmodificable realidad.
Los desayunos en esas casas campestres tienen aroma a hogar.
Se huele el pan casero, todos los componentes son naturales.
Esa mañana luego de desayunar recorreríamos el pueblo en bicicleta.
El medio de locomoción que más se utiliza para evitar la tan famosa polución ambiental.
Como buen ciclista pediste un casco para cada uno.
Manifestaciones de amor cuidando a tu mamá y dando el ejemplo hacia todos los que, rehusan, utilizarlo.
No piensan que un golpe en la cabeza puede ser mortal.
Cuando salimos casi lloro de la emoción.
Habías solicitado el canasto de mimbre que se usa para hacer las compras estuviera repleto de flores.
Luego sabría que con tal de no escucharte, repetir una y otra vez que no haríamos ninguna compra y la bicicleta era para mí, accedieron a completar el espacio de aquel con diversas flores del lugar.
Fue una de las sorpresas más lindas que recibí.
La mañana alcanzaba la perfección.
Transcurría el mes de octubre.
No suele ser tan cánido, pese a ello pudimos pasar una jornada casi de estío.
Poco importaba el clima, la cuestión era estar juntos.
Más allá de la lluvia o el sol siempre encontrábamos algo para hacer.
Nunca antes había pedaleado tanto.
Creo que recorrimos todo el pueblo y sus alrededores.
Te pedí no sacaras fotos mientras estuviera con el casco protector.
Riéndote usabas el cellar para registrar esos momentos que no volverán.
Al regresar sacaste los ramos del canasto para llevarlas al interior de la cabaña.
Después del almuerzo, salimos a caminar.
Nunca antes había reparado en la cantidad de flores silvestres que había en el sitio.
Preludio de jardines ornamentales un placer para la vista y el corazón.
Caminamos sin rumbo cierto.
Sin saberlo llegamos a un lecho de agua.
Me preguntaste su llevaba dinero, la respuesta fue sí.
Alquilamos un bote y nos pusimos a remar.
En realidad el virtuoso del agua siempre has sido vos.
Nos costó regresar.
Quedarían guardadas en nuestras memorias las imágenes más hermosas de un enclave encantador.
Pocos meses después comenzaron las alertas de tu enfermedad.
Habías perdido el color e tu rostro.
Muchas veces te vi demasiado pensativo.
Cerca del mes de junio comenzaste con interrogatorios especiales.
En ese mes ocurrió el episodio del libro que marcaste y conté esa historia tantas veces.
Los días nublados se sucedían junto a los lluviosos.
El sol pleno apareció la gélida mañana de agosto en la que tu cuerpo decidió dejar de sufrir.
Sol radiante para quienes tenían la suerte de salir con ellos después del, alta médica.
Anoche me contaba uno de tus amigos que cuando te fuimos a reconocer, el tuvo un episodio coronario.
¿No sé cómo hice para arrodillarme al lado de la camilla y darte un beso en tu cara helada?
Un frío que no se parece a ninguno de los conocidos en la tierra.
A partir de allí cuando cerraron la funda funeraria entendí que nunca más volveríamos a vernos.
Al principio quise imaginarte en el cielo tal cual me lo habían transmitido desde chica.
Después aparecieron los enigmas que nunca nadie llegó a resolver.
Nunca más el sol volvió a brillar como la última vez.
Hube acostumbrarme al, escandaloso sonido del silencio más atroz.
Repetí
diez y siete veces un mensaje de texto muy cariñoso que me habías mandado.
Al cambiar de aparato aún cuando conservara el mismo chip, el amoroso mensaje desapareció.
Nadie manipulaba el móvil de aquella época.
Otro misterio sin resolver.
¿Por qué no se puede regresar de la muerte?
¿No es una contradicción exista el termino eternidad?
¿Eternidad para qué si todo termina de una forma tan triste?
Es mentirosa la definición del vocablo.
¿Si no está ni estuvo nunca en suelo terreno.
Dónde, se busca?
¿Es eterna la historia épica?
En un mundo donde todo se transforma, diría con absoluta certeza que tampoco sirve para aquella.
Puede haber sido de cierta utilidad, aun cuando tengo mis dudas para los poetas clásicos que nos hacían emocionar hasta las lágrimas con sus letras.
¿Conocen un ser humano eterno?
No ago referencia a religiones.
Sino a humanos como vos y yo.
¿Hijito cuando aparecerás en mis sueños?
Si lo hicieras, me encantaría poder darte un beso y un abrazo.
¿Es demasiado este pedido?
¿Cómo se establece en cuanto a sentimientos se refiere que es mucho o poco?
¿Quién tiene la potestad de medir el amor entre un hijo y su mamá?
¿Alguna vez sintieron les falta una parte del cuerpo?
A las mares que hemos perdido un hijo nos pasa siempre.
¿Cuándo podré estar a tu lado?
¿Existe esa probabilidad o es una simple entelequia que jamás se convertirá en realidad?
Hijito te amo más que ayer.
Por favor nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=6baMPgRflHY
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