EL HERRERO

Buenos días alma mía.
Como la mayoría de los compatriotas concientes, cumplo, la cuarentena obligatoria.
Mis caminatas han sido suplantadas por los recuerdos.
El paisaje en esta zona, donde paree respetarse esa disposición que no tiene colores políticos sino la intención de cuidar a todos y formar una barrera humana dentro de nuestras casas para morigerar su virulencia.
Hay miles de personas detenidas por hacer caso, omiso a una norma.
Insisto, hasta que no se cobren multas que toquen el sensible órgano llamado bolsillo, seguirán en el camino de los que nada les importa.
Ni la salud propia ni la ajena.
El tiempo se puede invertir de mil maneras.
Leyendo, estableciendo video llamadas con los amigos o bucear en los recuerdos.
Allí encontramos tesoros que nunca pasaron al terreno del olvido.
Siempre me gustó caminar.
Encontrar belleza donde otros ven desesperanza.
Anoche, mientras escuchaba música pude situarme en una esquina cercana al espacio donde resido.
Mi refugio.
Allí hay una casa donde el tiempo, son éxito ha tratado de socavar las paredes.
Es cierto que el revoque de la fachada se ha caído en parte.
Allí vivía un herrero.
Casi todas las rejas de las casas de la zona fueron construidas por ese hombre poco afecto a socializar perdiendo su tiempo.
Creativo por naturaleza.
Cada reja asemejaba la obra de un orfebre.
A diferencia de su antecesor Hefesto, quien descendía a las entrañas de los volcanes, a fin de afilar en la fragua las armas posteriormente utilizadas en las guerras.
El herrero, no pienso decir su nombre pues no está en el sendero terrenal, hacía joyas.
Incluidos los soportes donde están los faroles iluminando la casa.
Espaciosa.
Allí vivieron sus hijos junto a su padre luego de la muerte de su madre.
Pese a que se conserva el interior intacto, los descendientes migraron hacia distintos lugares.
El municipio está gestionando con los hijos del herrero, convertir la vieja casona en un museo.
Hasta el momento no ha tenido suerte.
Los muchachos abonan a personal especializado para que mantenga el bien, no solo pulcro sino ordenado.
Las rejas de la pérgola donde en primavera se abraza una florida enredadera es una obra de arte.
Lo mismo que las barandas de la escalera que llevan a la planta.
Cerca de la biblioteca que es un placer para quienes amamos la lectura, hay un espacio de grandes dimensiones, En el mismo un pié de m
mármol ónix se ubicaba la urna conteniendo las cenizas de su esposa.
Antes de partir hacia otros rumbos, el herrero dejó testamento a favor de sus hijos.
Una de las cláusulas decía, que a su muerte quería ser incinerado y colocaran la urna al lado de la mujer que amó en la vida.
A cada uno de ellos testó importantes sumas de dinero
Pidió la casina nunca fuera vendida.
Los hijos cumplieron con el pedido de su padre, por ello dudo que accedan cederla al municipio para mutarla a museo, dado que allí están los restos de sus progenitores.
No sé si el intendente conservaría las urnas del herrero y su esposa.
¿Por qué museo?
Por la variedad de rejas que existen en la casa.
Las dimensiones, distribuci
ón de la misma.
La calidad de los pisos de roble.
Todo aquello que embellece una propiedad.
Los faroles se encienden al anochecer pues poseen células fotoeléctricas.
La historia de la casa del herrero me produce conmoción.
Luego de tu partida, durante treinta y nueve días mantuve tus restos en casa.
Ignoro si los hubiera tenido para siempre.
Es probable.
Cuando uno sufre una pérdida de tal magnitud, los deseos y decisiones son confusos.
Para mino era anormal tenerte.
Vulnerable y sola no sé su tomé la mejor decisión.
Uno de tus hermanos del alma, me pregunta cuando me acompaña al cementerio
¿Por qué no arrojaste las cenizas en el curso de un río de agua transparente?
Invariablemente mi respuesta es la misma “Estaba sola”
Nunca hablamos en tu vida que hacer con ellas.
Hoy a la distancia, si bien no tengo certidumbres absolutas, no sé si hubiera podido hacerlo.
Abrir la urna debe ser espantoso.
Arrojarlas a un curso acuoso y vertiginoso, nunca fue tu pedido.
Si hubiera ocurrido lo habría
cumplimentado.
Respeto todas las opiniones, tengo muy en cuenta la de tus hermanos de la ida.
Ellos te conocieron desde otro lado.
Los escucho siempre.
En aquel terrible momento nadie sugirió nada.
En la vida de una mamá, ésta saca fuerzas nacidas en la angustia y la tristeza.
Aún cuando cueste aceptarlo, cumplí tu deseo.
Mientras escribo no puedo dejar de sorprenderme por la estupidez humana, interrumpieron una melodía para contar la cantidad de detenidos que anoche corrían alrededor del hipódromo de San Isidro.
La mueca de una sonrisa se dibuja en mi cara, al pensar en tu ceño adusto su pudiéramos compartir más que noticias, música.
Conversaciones para alejar el silencio.
Miradas que no necesitan el don de la palabra para llegar al pleno entendimiento.
Un beso aletargado quedaría en tu mejilla.
Un abrazo tibio hasta que dijeras tu clásico “Basta, me cansé de tanto mimo”
Tu carácter era poderoso.
Los enojos duraban un suspiro.
Ayer hablando con tu otro hermano de la vida, le respondí algo, del otro lado se oyó la carcajada para agregar que ahora sabía de quien habías heredado la forma sarcástica para responder.
Esas palabras para mi son una caricia.
Cuando el otro que no convivió con nosotros puede reconocer la empatía del hijo y su madre.
Te amo, tesoro de mi existencia.
Por favor no olvides cuanto te quiere tu mamá.

https://www.youtube.com/watch?v=b0y_qjdrGio