Buenos días mi amor gigante.
La soledad duele.
Otorga tiempo para pensar en cosas que antes, cuando estabas en suelo terrenal, no se tenían en cuenta o no se les daba la dimensión que tienen en la realidad silenciosa de quien está atrapado en atávicos y desmesurados momentos eternos de nostalgia recordando el ayer que nunca, jamás volverá a repetirse.
La ausencia de un hijo es un golpe del destino que nunca podría superarse.
¿Cómo asimilar que jamás volveré a darte un beso?
¿Cómo seguir sin tener tus ojos, en los cuales podía bucear, sabiendo es un imposible?
¿Por qué la muerte fue tan impredecible que en el camino me dejó a mí?
¿Siempre tiene actitudes irresponsables?
¿Acaso desconoce la agonía que atraviesan las mamás que tienen a su hijo muerto?
¿No entiende la carencia de sentido de seguir en suelo terrenal separados físicamente quizás por años luz?
¿Cómo se mide el tiempo en el universo?
¿Qué tipo de relojes p aparatos de medición se utilizan?
Buceando en la imaginación, siempre con la compañía de mis musas, pensé que el Cosmos tuvo tiempo de desarrollar algún reloj antes que el ser terrenal tal cual lo conocemos hoy, un aparato de medición.
Comenzó por el principio.
Guiarse por su estrella más grande.
No alcanzaba el sol y siguió investigando hasta llegar a los antiguos relojes de arena.
¿De dónde sacó ese elemento?
Es posible haya sido de la composición de algún planeta.
¿Cuál?
No lo sé.
Mis musas imaginaron un vejo reloj de arena, balanceándose hacia un lado y otro en perfecta armonía.
A su alrededor los planetas girando.
¿Todos?
No.
Solo aquellos que componen el sistema planetario que aprendimos estudiando astronomía y todos queríamos ser astrónomos para llegar al lugar donde se supone están los muertos.
Ni en sueños imaginé podrías faltarme.
Una locura.
Muchos dicen comprender tu dolor, sería bueno lo demostraran con hechos.
Nadie es perfecto.
Te cuento que hace días no escribo en soledad.
Alguien más está en nuestros contactos.
Es posible se lleven el disco rígido de la computadora a raíz de la denuncia realizada en la División de Delitos Informáticos.
Antes nuestros enlaces eran entre los dos, ahora no.
Seguiré escribiendo desde otros dispositivos.
Mientras tanto sigo imaginando el reloj de arena en su eterno vaivén, entre algunos planetas.
¿Lo has visto?
¿Existen relojes en el cielo?
¿Cuáles son?
¿Llegaré alguna vez?
Es el mayor de mis sueños.
Verte corporizado para darte un beso.
La muerte de un descendiente es imposible de superar.
Cumplir su último deseo es un sentimiento que no se puede explicar.
¿Cómo un cuerpo puede reducirse en menos de tres horas a cenizas?
Ciando las entregan comienzan a surgir las dudas.
¿Serían las tuyas las que me acompañaron durante treinta y nueve días después de tu partida?
El horror aniquila, no permite pensar.
¿Has tenido la posibilidad de ver planetas orbitando cerca del lugar donde te encontrás?
¿Extrañás?
No solo a mi.
Nunca fui tan necia, ni creí ser tu dueña.
Lo pregunto de manera global.
Las tertulias con tus hermanos del alma.
Las salidas.
Tu habitación.
Todo aquello que hacía siempre estuvieras sonriente.
Dispuesto a ayudar al otro.
Hijito me falta tu luz.
No es un condicionamiento.
Es duro seguir en un espacio donde sabés sos una persona que sobrás.
Es triste la vida de un solitario.
Mas agobiante es la de una madre que sabe nunca más podrá darle un beso a su hijo.
Nada suplanta ese amor, complicidad o compañerismo.
Es un sentimiento único.
Tesoro de mi alma, sabés te amo de manera incondicional, por ello en cada contacto te pido, nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=_z3o7kygPds
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