Tuesday, March 24, 2020

SOMBRAS EN EL ACANTILADO



Buenos días tesoro de mi realidad a veces sombría.
Siempre sería el adjetivo exacto.
Ayer me llamó una amiga para preguntarme cómo estaba pasando la cuarentena.
Intenté, comprendiera es un episodio especial que nos toca vivir en pleno siglo XXI.
Mi respuesta tal vez haya sido tan dura como real.”.
Estoy en cuarentena desde que mi amado hijo partió en soledad.
¿Designios de la vida?
No lo sé.
Es posible que el dolor te haga parecer poco simpática ante los demás.
Debo reconocer con absoluta ausencia de la necedad que nunca intenté parecer aquello que no soy.
Pocos entienden me guste estar en el grupo de mujeres taciturnas.
Es sencillo de comprender, cuando no tengo nada que decir, mi inexpresividad está en la cima de su potencia.
Es una obviedad preguntar sobre el virus que ataca a todo el orbe.
Es necesario hacer caso a los dictámenes de las autoridades.
Temprano me reía ante la decisión de la ministro de seguridad, cuyo nombre tal cual es mi estilo, no voy a decir.
Mis compatriotas creen ser los más vivos del mundo.
Pasaron el fin de semana largo.
Violando las normas, no atendiendo su salud y las del otro se fueron a sus residencias veraniegas en la costa.
¿Lo pasaron bien?
No la policía de cada ciudad acompañada de canes adiestrados, circulando en cuatriciclos, o simplemente caminado acompañados por canes perfectamente adiestrados no les permitía tomar sol.
Ahora no podrán regresar a sus domicilios en la ciudad por haber violado la cuarentena, poniendo en peligro al resto de los terrenales que vivimos cerca.
Insisto.
Muchachos, policías, autoridades de otras fuerzas, la única manera para que estos entes conozcan el respeto es aplicarles multas en dinero contante y sonante.
No es suficiente un sumario judicial.
El tiempo pasa y por cuestiones comunes en nuestro país, la señora justicia, demora en llegar.
Aplique multas pecuniarias.
Cuando ello ocurra con dos o tres, timarán conciencia.
Entiendan de una vez que los argentinos no somos especiales.
Nadie nos otorgó menciones especiales.
Aquello que ha diezmado el mundo desde tiempos inmemoriales también nos llegó a los límites de nuestro país.
No puedo creer en tanta ignorancia acumulada.
¿Nunca se enteraron de otras pandemias?
Solo nombraré algunas que no he vivido por cuestiones generacionales pero vale la pena recordar.
Peste negra.
Fiebre amarilla.
Contemporánea la gripe H1 N2 en el año 2008.
Fiebre aviar y otras.
Subleva el nivel de idiotez.
No estoy aquí para dar clases de sanidad.
Pensar en el otro es un acto de solidaridad.
Ocupo mi tiempo en mis pasiones.
Escribirte es la más importante.
Compartir mus sueños con vos también.
Ignoro a que hora Morfeo me llevo en sus brazos a recorrer caminos conocidos por los dos.
Tu pasión era nadar en cualquier espejo de agua.
Allí me encontraba.
Vestía ropas distintas a las que suelo usar.
Sentada sobre los acantilados, esperaba llegaras.
Una utopía ello no ocurrió.
Las gaviotas esperaban les arrojara migas de pan o bien pequeños trozos de galletitas.
Quedé pensando en la majestuosidad y privilegio de estar allí.
Cerca del horizonte, entre las brumas se acercaba un navío de gran porte.
¿Estarías integrando la tripulación?
Imposible precisarlo.
Tal vez, estarías nadando en territorio de Poseidón, el dios de las aguas, nadando hacia mí.
Suelen suceder en el mundo de los vivos y de los muertos también, milagros.
Mi ejemplo es conocido.
La posibilidad que tuvo Raquel de abordar una carroza de cristal que la acercaría al cielo.
¿Qué buscaba al oeste, de la Constelación de Orión?
Nada más y nada menos que a su hijo muerto para arrebatarlo de los brazos de la muerte impropia.
Pudo lograrlo.
A partir de ese episodio tan particular optó por aislarse.
A ninguna otra mamá comunicó ¿Cómo hizo para rescatar a su hijo muerto para que volviera a la vida?
Soy una de esas mujeres destrozadas.
Me gustaría saber por vos si tu descendiente te reconoció.
¿Pudieron abrazarse?
¿Si fueron realidad tangible cada uno de los besos que guardaste para él?
¿Cuántas veces intercambiaron un te quiero?
¿Cuántas otras una mirada de esas que acarician el corazón?
A esta altura de los acontecimientos he dejado de creer en muchas cosas.
Un psicólogo decía hace poco en un programa radial, que los duelos tienen cuatro etapas.
¿Será verdad?
Conmoción.
Bronca o enojo.
Tristeza.
Aceptación.
Con la última no coincido para nada.
En mi caso particular nunca aceptaré que esa vida que traje al mundo de los mortales, no tiene vida.
Ustedes pacientes lectores ¿Asumirían la muerte de un hijo?
Lejos estoy de pretender me digan ¿Cómo se hace?
Cuando muere tu hijo a temprana edad, existe algo para asimilar?
¿Cómo se enmascara el dolor?
¿Cuál es la forma para unir los jirones que la ausencia convirtió en tu alma?
Más allá, de cada religión que se profese, un hijo es una parte de quien lo trajo a la vida y tuvo la bendición de traerlo a la vida.
Emocionada escuchó la primera palabra que pronunció “Mamá”
¿Ello se puede olvidar?
Ni las virtudes de Mnémosine o Persefone, diosas de la memoria y los recuerdos, lograrían olvidara a mi hijo.
Sus esfuerzos serían en vano.
Imposible tapar con un manto el recuerdo del ser que traje a la vida para que viviera.
Después de un accidente en el que estuve en la unidad de terapia intensiva, mi tesoro dijo: “Ma me diste la vida y te la devolví”
¿Es posible olvidar ese gesto maravilloso?
¿Cómo sin convertirme en una especie sin sentimientos?
Los míos están vivos gracias al amor compartido.
¿Lo demás?
No lo sé.
Nunca experimenté sentir apatía por el ser que me convirtió en mamá.
¿Qué adjetivo tiene una madre que tiene un hijo muerto?
Orfandad no es.
Desolación no alcanza.
No se puede describir con palabras la ausencia más terrible que puede experimentar una mujer.
Sigo sentada sobre, el acantilado.
Las gaviotas que me acompañaban, no están.
El cielo, amenazante promete copiosa lluvia.
¿Alcanzará para lavar o morigerar los dolores del alma?
Seguramente, no.
Sigo esperándote, en cualquiera de las tres etapas del sueño.
Despierta también.
¿Podrías aparecer en mis sueños?
Una entelequia.
Ellas pueden convertirse en realidad tangible.
Te amo vida de mi vida, por ello no me canso de repetir nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.

https://www.youtube.com/watch?v=TrKy7_4zG9k

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